Exposición en vivo, la técnica psicológica para superar fobias y miedos

La técnica de exposición consiste básicamente en enfrentarse gradual o directamente a los estímulos que tememos o que nos producen ansiedad con el objetivo de que dicha ansiedad disminuya. Es una técnica que se emplea en numerosos cuadros clínicos, desde las fobias , para las que originariamente fue concebida hasta el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), el estrés postraumático, las adicciones o la bulimia . Existen varios tipos de técnicas de exposición. Uno de los autores clave cuando hablamos de las mismas es Joseph Wolpe . Este autor introdujo y desarrolló la desensensibilización sistemática, un tipo concreto de exposición en imaginación. Cuando la exposición se produce frente al estímulo real (en lugar de en imaginación o realidad virtual) hablamos de exposición en vivo. La exposición en vivo es una técnica clásica dentro de la terapia cognitivo-conductual. Sus fundamentos básicos se encuentran en el condicionamiento y los principios que explican su eficacia serían la habituación a nivel fisiológico, la extinción a nivel conductual y el cambio de expectativas de una perspectiva más cognitiva o mental. Al hablar de exposición es fundamental tener presente el concepto de evitación del estímulo ansioso . Ésta puede producirse o bien porque no lo afrontamos o porque nos apropiamos de elementos que nos aportan seguridad. ¿Qué tipo de elementos? Pues, por ejemplo, si a mí me dan miedo los aviones y solo me permito subir a uno si me llevo una benzodiacepina en el bolsillo por si me da un ataque de pánico, esa pastilla estaría funcionando como evitación. A pesar de coger el avión, no me doy la oportunidad de experimentar qué sucede si me dejo la pastilla en casa. Con ella en el bolsillo tengo la tranquilidad o seguridad mental de que si algo malo pasa me la puedo tomar, con lo cual, no estoy exponiéndome verdaderamente al miedo que me da el avión. Los estudios de Mathews y colaboradores mostraron que, aunque las sesiones largas de exposición eran más efectivas que las cortas, una vez que se producía la habituación . Es importante tener en cuenta que, además, si una exposición no es lo suficientemente larga podría ser sensibilizadora en lugar de terapéutica , es decir, producir más miedo o ansiedad de la que había en un inicio. Otro factor a tener en cuenta en la exposición es la graduación con la que se expone el paciente al estímulo ansioso. Tanto las exposiciones graduadas como las bruscas han demostrado ser eficaces. Cada una tiene sus ventajas ; mientras que las graduadas son más tolerables para la persona, las bruscas son más inmediatas. Por lo general la pauta es que el grado de exposición lo marcará la tolerancia del paciente. La exposición en vivo es una de las técnicas más eficaces en la terapia cognitivo-conductual pero debido a lo aversiva que puede llegar a resultar, será importantísimo que exista una buena alianza terapéutica y que se realice una buena graduación de los estímulos ansiógenos ya que si no es muy probable que se pueda producir un abandono terapéutico.

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