La democracia que yo quiero es una en la que, ante una catástrofe nacional, vemos juntos al jefe del Gobierno y al líder de la oposición buscando soluciones. La democracia que yo quiero es una en la que la oposición no torpedea los nombramientos internacionales del Gobierno, y menos cuando se trata de comisarías de la Unión Europea. La democracia que yo quiero no tolera que gente, por muy indignada que esté, llame 'asesino' al presidente de la Comunidad Autónoma que se mostró algo negligente ante la mentada catástrofe, y mucho menos al jefe del Estado que acude a cumplir con su deber. La democracia que yo quiero es una en la que el Parlamento juega un papel constructivo, y no se convierte en una batalla permanente e inútil. ¿Es esa la democracia que tenemos?
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