Gómez Noya anuncia su retirada: «Mi cuerpo ha sido llevado al límite»

Se va uno de los pioneros que pasó media vida luchando contra los elementos, un deporte (el triatlón) medio clandestino hace veinte años, unos rivales que procedían de mercados más emergentes y, sobre todo, una disputa con el Gobierno español a cuenta de los riesgos que implicaba su corazón en un deporte tan exigente. Javier Gómez Noya ha anunciado su retirada a los 41 años. Una plata olímpica, cinco campeonatos mundiales y cuatro europeos jalonan su impecable trayectoria. La historia de Javier Gómez Noya es la del un corazón rebelde. Hubo un tiempo en que este Hércules del triatlón ( natación, ciclismo y atletismo en un solo paquete) era un deportista atribulado, en permanente contradicción. Los médicos del Consejo Superior de Deportes le recomendaban descanso, sopitas y buen vino, por una presunta enfermedad coronaria , una valvulopatía aórtica congénita. Y más que consejo, le prohibieron competir con España. Noya perdió su licencia. Emigró a Francia . Pero confió en que su aorta insurgente nunca le jugaría un trance penoso, según una segunda opinión que recabó en un médico británico, Williams McKenna, quien emitió un diagnóstico sobre el gallego: «Tiene un corazón del doble de tamaño que la gente normal». Agarrado a esa sentencia, Gómez Noya venció en ese pulso en el año 2006 que impulsó su carrera hacia el infinito. Su espíritu superviviente pasó por encima de controversias médicas, entre el CSD y su doctor privado. Gómez Noya eligió desde la razón: «Yo soy el primero al que le importa mi salud. No compito a lo loco, sino con una opinión médica que me avala». Compitió asumiendo su riesgo personal, con los médicos del CSD encabezados por Araceli Boraita sin firmar la documentación de su licencia. En su retirada esgrimió estos argumentos: « Nunca es una decisión fáci l y todavía me encanta entrenar todos los días pero mi cuerpo está sufriendo por asimilar la carga de entrenamiento que sé que necesito para competir al más alto nivel». «Lo he llevado al límite durante muchos años y he tenido una carrera que ni en mis sueños más locos podría haber imaginado, así que creo que es momento de seguir disfrutándolo pero con un poco menos de intensidad y estrés», comentó. Su pasión por el triatlón le ha llevado hasta los 41 años, 26 años en activo como profesional en las que ha conseguido 40 victorias internacionales, siguiendo la estela que abrió otro gallego célebre, Iván Raña, gallego como él y precursor del triatlón en España. «Os aseguro que he intentado con todas mis fuerzas estar preparado pero por un motivo u otro no ha podido ser posible. Por enfermedad antes de Miami, la pérdida de mi madre cuando me encontraba en Singapur, lesiones que me privaron de estar en Londres o rendir bien en San Francisco… Hice todo lo que pude pero no ha funcionado así que es momento de dar un paso atrás y tomármelo con más calma», dijo como despedida.

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