Gunilla, el luto de la jet-set

Gunilla se consagró como la melena desmelenada de la Marbella de la jet set, cuando Jaime de Mora les llevaba a los jeques la agenda del champán, y Alfonso de Hohenlohe aupaba el sitio como paraíso terrenal de la juerga, un paraíso donde los ricos y los golfos pillaron postura a dormir sólo de día. Hablamos de una cuota loca de los años ochenta, y luego de los desabrochados años noventa, cuando Bárbara Rey iba a la zona de andrógina emocionante, sacando mucho el muslo campeonísimo de jabugo sexual, por el costado abierto y lujuriante de la túnica de bailar en la boite. Ahora, Gunilla enviuda, y en su luto vemos que se levanta el luto final por un tiempo... Ver Más

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