Tres de la tarde de cualquier día. De todos los días, más bien, de lunes a domingo, festivos incluidos. Salta la llamada de teléfono con un número desconocido, de los 221 que no están aún bloqueados. Sin exagerar. Decidí hace unos días que iba a cambiar de estrategia, después de meses cancelando en el iPhone cualquiera que no tenga grabado. Me he propuesto pasar la acción. Al descolgar, tras ese par de segundos en silencio que ya anuncian que la llamada es comercial, después de un tono aparece una voz latina que me interpela: «¿Hablo con el señor Masías? Soy Rosalinda, de Vodafone. Tengo una oferta de ahorro para usted, para su línea telefónica». Debo conocerla de algo, porque creo... Ver Más
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