Piense en esa clase de introducción a la biología que tomó en el instituto. Probablemente aprendió sobre los organelos, esos pequeños órganos dentro de las células que forman compartimentos con funciones específicas. Por ejemplo, las mitocondrias producen energía, los lisosomas reciclan los desechos y el núcleo almacena el ADN. Aunque cada orgánulo tiene una función diferente, se parecen en que cada uno está envuelto en una membrana.
Los orgánulos unidos a membranas eran la norma en los libros de texto y explicaban cómo los científicos pensaban que se organizaban las células. Esta idea duró hasta que a mediados de la década de 2000 se dieron cuenta de que algunos orgánulos no necesitan estar envueltos en una membrana. Desde entonces, los investigadores han descubierto muchos orgánulos sin membrana adicionales que han cambiado significativamente la forma en que los biólogos piensan sobre la química y los orígenes de la vida.
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