La sociedad civil se ha volcado en Valencia con tanto entusiasmo que las autoridades han tenido que pedir a los colaboradores espontáneos que no estorben el paso urgente de los vehículos de transporte. Cabe preguntarse cómo es que la gente común ha llegado antes que los servicios de las instituciones, y la respuesta es que, a diferencia de los cuerpos de uniforme, los voluntarios no necesitan órdenes. Es ya un clamor la pasividad oficial para movilizar a policías, bomberos y sobre todo militares, que disponen de medios eficaces y de la capacidad operativa y logística exigida por los descomunales estragos del desastre. El Ejército está preparado –y ansioso– para actuar cuanto antes pero nadie entiende la razón por la que... Ver Más
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