Cuchillos, protectores bucales, pasamontañas y una bandera prohibida por la Ley del Deporte. Son algunos de los objetos intervenidos este pasado sábado a ultras del Real Valladolid y la Real Sociedad que antes del encuentro que citó a ambos conjuntos en el José Zorrilla merodearon la misma zona sin que llegara a producirse ningún incidente y ante la mirada de la Policía Nacional controlaba sus movimientos. El partido disputado este pasado sábado entre el conjunto pucelano y la Real Sociedad estaba considerado de «alto riesgo» para la Policía Nacional, que desplegó un dispositivo antes posibles enfrentamientos entre los ultras del colectivo Valladolid 1984 y los RSF Firm que iban a desplazarse desde San Sebastián a orillas del Pisuerga. Para «evitar posibles» conflictos y garantizar un desarrollo «pacífico» del encuentro se desplegaron diferentes unidades de Policía Nacional y se realizó un seguimiento de los ultras de la Real Sociedad desde el País Vasco. En este contexto, se detectó un «vehículo sospechoso» que tenían controlado desde la capital donostiarra, «dando vueltas» en torno al local donde habitualmente se reúnen los integrantes del grupo Valladolid1984 y se decidió intervenir. Tras dar el alto al vehículo se identificó a sus tres ocupantes, «seguidores ultras» de la Real Sociedad y se procedió a un registro en el que se intervino una bandera con simbología prohibida por la Ley del Deporte, por la que se propuso una sanción, además de varios protectores bucales. No fue el único vehículo sospechoso. Y es que había un segundo turismo dando numerosas pasadas por la zona. En esta ocasión, al volante estaba un miembro de la peña ultra deportiva del Valladolid y se le intervino una prenda de cuello, tres pasamontañas y cinco cuchillos de grandes dimensiones por lo que también fue propuesto para sanción. El encuentro se saldó sin incidentes en el José Zorrilla donde se mantuvo «controlados a ambos grupos ultras, acompañándolos en todo momento hasta el interior y evitando que se produjesen incidentes entre ambas aficiones». Tras el partido se acompañó a los visitantes hasta que abandonaron la ciudad.
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