Cualquier varón que pase de los 50 años está acostumbrado a escuchar unas siglas y a rogar para que las cifras que se relacionan con ellas no pasen de ciertos niveles. PSA son las siglas en inglés de antígeno prostático específico, el indicador más utilizado para diagnosticar la presencia del cáncer de próstata . Se utiliza mucho, pero no siempre es funcional, y por eso el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica ( Imibic ) trabaja ahora en buscar nuevos biomarcadores que sean más precisos y que reparen los errores que puede dar el PSA. Lo explicó Raúl Luque , investigador del Imibic y de la Universidad de Córdoba, que aseguró que mediante el PSA se diagnostica cáncer de próstata en pacientes que no lo tienen y al revés, hombres que tienen niveles muy bajos y sólo se percibe cuando ya está bastante avanzado. La idea es encontrar biomarcadores que sustituyan al PSA o que se puedan usar de forma conjunta con él, pero que eliminen las limitaciones que presenta ahora. Por eso los biomarcadores que se estudian pueden ser para ver el diagnóstico o el pronóstico y también como dianas terapéuticas , es decir, lugares en los que actuar para frenar la enfermedad. En el Imibic están en fase de investigación preclínica, y en contacto con otros laboratorios para corroborar los resultados. La vía que ahora se estudia es la de una maquinaria molecular que controla la expresión de los genes. «Hay fármacos que pueden inhibir esta maquinaria o podríamos encontrar biomarcadores de diagnóstico y sobre todo parar la progresión», afirmó Raúl Luque. Es algo que está de forma natural en todas las células, pero muy desregulada en el cáncer de próstata, y ahora se intenta modular esos componentes para diagnosticar y también para buscar nuevos tratamientos . El cáncer de próstata puede ser a veces, resaltó el investigador, una patología complicada, que sea resistente a los tratamientos más habituales, de forma que «cuando parece que el paciente puede estar curado, se escapa de nuevo». El jefe de servicio de Urología del hospital Reina Sofía de Córdoba lanzó un mensaje de cierta esperanza: el cáncer de próstata tiene tratamiento «con intención curativa , y eso en cáncer son palabras mayores». Hizo hincapié en el diagnóstico precoz, «que es muy sencillo» para los varones de 50 años o para aquellos algo más jóvenes con antecedentes familiares en padres o hermanos. El médico de atención primaria pedirá analítica o historia clínica o evaluará si hay riesgo o no. «Si hay sospecha el paciente irá a Urología para el proceso de diagnóstico », afirmó Pablo Campos, que habló de la prevención y de evitar factores de riesgo como la obesidad, el sedentarismo o el tabaco. El examen a partir de los 50 años es ahora una recomendación, pero en el futuro podría ceñirse a un proceso de 'screening' para todos los varones , como ahora sucede con los de mama o cérvix, que sí llegan a todas las mujeres.
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