Si hay una época del año capaz de cambiarle la vida a uno es el verano. Tiempo de viajes, descubrimientos y amoríos, puede afectar decisivamente en el destino de una persona. Como en el de Irene Briceño , una madrileña de 17 años a la que una concentración estival y un campeonato con la selección española sub-18 de waterpolo le han terminado de abrir los ojos para soñar despierta con un futuro brillante en la piscina. «Era mi verano, una vez acabado el Bachillerato... y de repente me llega la convocatoria. Pero vacaciones hay muchas y concentraciones con la selección muy pocas». Eligió bien, pues el sacrificio del viaje familiar para desplazarse al Centro de Alto Rendimiento de Barcelona tuvo... Ver Más
abc.es