El heroísmo, para que sea de verdad y no como el de las películas, ha de ser accidental : una mezcla de valor y no pensar demasiado para actuar en una situación de extremo peligro. Eso fue precisamente lo que hizo José Borque, electricista de 51 años, hace una semana, cuando la DANA que azotó Valencia desató las peores riadas que se recuerdan en su pueblo, Picaña . Esa trágica noche, cuando las aguas empezaron a retroceder tras arrasar esta bonita localidad de 12.000 habitantes a cinco kilómetros de Valencia, Borque salió de casa con su hijo para comprobar los daños. «Era ya medianoche y pasó un chico pidiendo mantas para los ancianos que viven en un asilo aquí cerca... Ver Más
abc.es