A falta de poco menos de una semana para que los Reyes Magos lleguen a Sevilla , las primeras previsiones adelantadas desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) anuncian un cierto de riesgo de inestabilidad que podría afectar a la ciudad durante la tarde del 5 de enero y, especialmente, a lo largo de toda la jornada del 6 de enero. Actualmente, la probabilidad de precipitaciones se sitúa en torno al 60 por cierto , con unas temperaturas que oscilarán entre los 19 grados de máxima y los 5 grados de mínima en la madrugada. Sin embargo, la posible aparición de algunas lluvias durante el horario previsto para el recorrido de Sus Majestades no parece que vaya a suponer un impedimento para que el cortejo real se pongan en la calles. «La Cabalgata de Reyes de Sevilla va a salir sí o sí» , aseguran. Así de claro se ha mostrado el presidente del Ateneo de Sevilla, Emilio Boja , en unas declaraciones realizadas a ABC de Sevilla, en las que ha recordado que «en sus 107 años de historia, la Cabalgata de Reyes Magos de Sevilla no se suspendido nunca y tampoco vamos a hacerlo este año ». De hecho, ni siquiera tomaron esa dolorosa decisión en una de las épocas más dura de la pandemia del Covid, las navidades entre los años 2020 y 2021, en la que la llegada de Sus Majestades a la ciudad cambió las tradicionales carrozas por un globo aerostático que recorrió la ciudad por el cielo para que los niños pudieran verlos desde los balcones y azoteas de sus casas. «Si se tiene que mojar alguien que sea yo», insiste el presidente, aunque confía en que las previsiones cambien de aquí al domingo y el tiempo se estabilice. A pesar de estos deseos, en el Ateneo de Sevilla son conscientes de que el primer anuncio de la Aemet puede obligarles a tomar algunas decisiones para ajustar la salida y el recorrido de la Cabalgata al escenario atmosférico que se presente ese día. En un principio, la intención es mantener tanto el horario como el itinerario según está previsto, aunque puede que de aquí a entonces haya algún ajuste. « A lo mejor tenemos que atrasar o adelantar un poco la salida o incluso aplazar el traslado de las carrozas al Rectorado de la noche del 4 a la mañana del 5 de enero», explica el director de la Cabalgata, Manuel Sainz. De todas formas, desde la Docta Casa aclaran que ese día y los previos estarán «como siempre» a disposición de lo que «nos marquen las autoridades» , en el caso de que existe algún tipo de recomendación en función de la intensidad de las lluvias que tuvieran que asumir. Ya el pasado año, por ejemplo, un fuerte aguacero sorprendió al Heraldo en su recorrido de la tarde del 4 de enero para recoger las llaves de la ciudad en el Ayuntamiento. Las fuertes lluvias que se preveían fueron una constante durante toda la jornada, aunque se intensificaron especialmente cuando el cortejo se aproximó a la Avenida de la Constitución para hacer su entrada en la Casa Consistorial. «Cuando llegué a mi casa por la noche, me había convertido en un auténtico charco» , recuerda el presidente del Ateneo. Sin embargo, los sevillanos se echaron a la calle y disfrutaron de cada uno de los instantes que regaló el Heraldo, que mantuvo su recorrido para no dejar a ningún niño sin la opción de hacer entrega de su carta. Lo que ocurrirá este año es todavía una incógnita. Entre otras cosas, porque los problemas de la meteorología advierten de que con tanta antelación es muy complicado fijar una previsión que sea fiable , mucho más si se trata de afinar los tramos horarios exactos en los que podría caer la lluvia el día de la Cabalgata del Ateneo. En lo que sí coinciden todos los modelos es en afirmar que de cara a este fin de semana habrá una situación de inestabilidad atmosférica que podría traer precipitaciones en el sur del país, aunque sin concretar la zona exacta en la que podrían producirse. En el caso de que se hicieran presentes, las primeras previsiones señalan que el momento más complicado llegaría entrada la noche del 5 de enero , cuando el cortejo de la Cabalgata ya estaría próximo a recogerse, y, sobre todo, en la mañana y las primeras horas de la tarde del 6 de enero, cuando están previstas más de una quincena de cabalgatas en los barrios , organizadas tanto por entidades como por el Ayuntamiento, que se encarga de la de Triana entre otras. Uno de los inconvenientes que tiene el Rectorado de la Universidad de Sevilla como sede para la salida de la Cabalgata es precisamente la ausencia de una zona techada en la que cobijar a las 33 carrozas del cortejo en caso de lluvia. Sí hace uso el Ateneo de las salas, patios y galerías interiores de este edificio a la hora de revestir a los personajes y de organizar a todos los miembros del cortejo, también como refugio frente a la inestabilidad. La nueva sede a la que se mudará la Cabalgata el año que viene, en una de las naves de la antigua Fábrica de Artillería Santa Bárbara en el barrio de San Bernardo , gracias al convenio que firmará en breve con el Ayuntamiento de Sevilla, sería una alternativa a esta problemática a la que se enfrenta. Hasta el momento, la lluvia tan sólo ha sorprendido a la Cabalgata de Reyes Magos de Sevilla en las calles en ocho ocasiones . La última fue en el año 2018, cuando el Ateneo se vio obligado a adelantar los horarios y a realizar el recorrido de forma acelerada para sortear al mal tiempo. En poco más de dos horas, la Estrella de la Ilusión hizo el trayecto entre el Rectorado y la plaza del Duque y poco después de las ocho de la tarde, cuando empezó a arreciar el diluvio, las carrozas estaban de vuelta. También en el siglo XXI, el tiempo amenazó con deslucir el cortejo en 2016 , con un aguacero poco antes de la salida, y en 2011, pero finalmente se libró. Fue en 2003 cuando sí llovió, aunque no fue óbice para que miles de personas llenaran las calles. También lo hizo en 2001 , con un agua «fina y constante» que no pasó de ahí. En el siglo pasado también hubo algún que otro susto. En 1996 , por ejemplo, el primer año en el que la Cabalgata salía desde la Cartuja, la lluvia fue tan intensa que hubo que acelerar el ritmo del cortejo, especialmente a su paso por Triana y Los Remedios. Más suerte hubo en la década de los 80, que se cerró sin agua, aunque en la de los 70 las precipitaciones también llegaron a aparecer en los años 1974 y 1970, algo que ocurrió además en 1969 . Pero sin duda, una de las ediciones que más se recuerda fue la del 5 de enero del año 1966, en la que sucedió un curioso episodio que marcó las crónicas de aquel entonces. Los caprichos del tiempo provocaron una intensa niebla que afectó a toda la ciudad y que apenas dejaba ver al cortejo a pocos metros, entonces mucho menos colorido y sin las luces de nuestros días.
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