La anécdota que muestra la voracidad de Nadal: "Me quería demostrar que gané de casualidad"

Siete días. Ese es el tiempo que queda para que Rafa Nadal dispute el último torneo como jugador profesional de su carrera. Es la guinda perfecta a una trayectoria plagada de éxitos, pues la Copa Davis es uno de los eventos por los que siempre ha mostrado más cariño el balear. Vestir la camiseta de España para colgar la raqueta y, por qué no, pelear por levantar una nueva Ensaladera, será el último reto de un jugador que, si por algo se ha caracterizado, es por su competitividad.

Hace no demasiado tiempo, Nadal expresaba una evidencia: "Mi cuerpo no me responde como necesito". Lo que Nadal trataba de explicar era que su cabeza sigue siendo competitiva, pero que su físico no le permite rendir con la exigencia que él mismo se pide. Eso le lastra, pues no solo le impide llegar a bolas o acabar jugadas con la solvencia que antes lo hacía, sino que incluso no es capaz de entrenar al nivel que le gustaría. Y duele dejar de verse como el luchador que es.

Jordi Arrese: "Era una barbaridad decir que Nadal llegaría a esto cuando tenía 17 años"Rafa La CasaFue medalla de plata de Barcelona 92 contra todo pronóstico. En 2004, fue el entrenador de 'La Armada' en la Copa Davis en la que Rafa Nadal se consagró ante los ojos del mundo

Así, a pocas horas del que será el último torneo oficial del mejor deportista español de todos los tiempos, muchos deportistas ya han empezado a despedirse de él. El tenis se quedará huérfano sin Nadal, pues su adiós deja a Novak Djokovic como último representante del mejor trío de la historia de la raqueta. Y muchos jugadores empiezan a recordar anécdotas del manacorí, un jugador irreductible que siempre fue un luchador en la pista... incluso cuando solo estaba entrenando.

Hace unos meses, un contemporáneo de Nadal anunciaba también su retirada. El uruguayo Pablo Cuevas, lastrado por las lesiones, se veía obligado a dejar el tenis después de ganar 15 torneos ATP a lo largo de su carrera. Poco tiempo más tarde de su adiós, Cuevas ofrecía una entrevista en El País de Uruguay para dar a conocer cómo era su nueva vida, cómo fue su carrera en el tenista e, incluso, alguna anécdota poco conocida. Una de ellas, con Nadal de protagonista.

Cuevas aseguraba que Nadal era uno de los tenistas más competitivos que nunca había conocido y no solo durante los partidos. Así, afirmaba que durante un torneo de Hamburgo le llamó para echar un partido de entrenamiento después de una sesión de preparación. El chileno le ganó y Nadal no terminó de encajarlo del todo bien. Tanto que, durante los siguientes meses, siempre que ambos coincidieron en el mismo torneo, trató de demostrarle que había sido un golpe de suerte.

"La primera vez que entrenamos, en Hamburgo, le gané el set que jugamos. A partir de ahí, me invitó a entrenar durante los siguientes seis meses unas 25 veces, con la intención de ganarme el set y demostrarme que aquello había sido una casualidad", confirmaba el uruguayo con una sonrisa en la boca. Y, además, Cuevas tenía con quién comparar, pues también practicó numerosas veces con Roger Federer, un jugador muy diferente a Nadal en los entrenamientos.

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