La Audiencia Provincial de Santa Cruz juzga a un un presunto agresor sexual detenido al cotejarse su ADN

La Fiscalía solicita 14 años de prisión por los supuestos delitos de agresión sexual y otro leve de lesiones y el pago a la víctima de 25.000 euros

La Audiencia Provincial de Santa Cruz ha celebrado este martes la primera sesión del juicio por la agresión sexual a una joven turista a principios de 2023 en el que el acusado fue detenido nueve meses después tras encontrarse su ADN en un banco de datos por haber estado relacionado al menos en una ocasión con hechos parecidos.

La Fiscalía solicita 14 años de prisión por los supuestos delitos de agresión sexual y otro leve de lesiones y el pago a la víctima de 25.000 euros.

En esta primera sesión intervino la denunciante, una joven escocesa que en febrero de 2023 estaba en el sur de la isla con su novio.

En un momento dado dejó de verlo y recibió un fuerte golpe en la cabeza no sabe bien por parte de quien y que quizás le rompió un diente, todo ello sobre las dos de la mañana.

A continuación, la joven se encontró con un hombre que se ofreció a llevarla al hotel en el coche pero en realidad aparcó en un solar cerca da la playa de La Troya.

La mujer declaró que el hombre la agarró fuertemente por el cuello y las manos hasta el punto de que casi pierde la conciencia y afirmó que nunca consintió en mantener relaciones sexuales y ni siquiera se insinuó.

Sobre las siete de la mañana, la mujer apareció en una urbanización cercana en estado de gran nerviosismo, sin ropa interior pidiendo ayuda hasta que la vio una vecina que llamó a la policía y a los sanitarios que la atendieron.

La versión de la policía sin embargo es distinta y apunta que la encontraron en el suelo con un hombre encima que nada más verlos echó a correr durante casi medio kilómetro sin hacer caso a los llamamientos para que se parara, hasta que finalmente fue detenido, mostrando gran resistencia.

Este sospechoso fue luego reconocido por la joven en una fotografía que se le mostró en Comisaría y llegó a estar en prisión preventiva durante un tiempo pero al final quedó en libertad cuando se descubrió el ADN del actual acusado.

El novio declaró por videoconferencia desde Reino Unido y dijo que no habían bebido mucho y que la había dejado de ver sobre la una de la madrugada.

Dijo que cuando llegó al hotel sobre las dos y media no la encontró, su teléfono estaba apagado y no supo más de su pareja hasta la mañana siguiente cuando le informó la policía y una mujer le devolvió el móvil.

Cuando volvió a ver su pareja horas después tras pasar por el hospital y Comisaría ésta le contó que un hombre la había agredido sexualmente sin su consentimiento.

Los policías que intervinieron en el juicio coincidieron en que les llamó la atención el estado de 'shock' en el que se encontraba la joven y en que no parecía que estuviera borracha o drogada, pese a tener la mirada perdida, estaba bloqueada y temblaba.

También presentaba heridas y restos de sangre en el pecho, en las rodillas, como si se hubiera caído o arrastrado por el suelo y en las piernas.

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