La campaña de los seguidores de Iker Jiménez contra ING tras retirarle la publicidad de sus programas

No es la primera vez desde que se desató la DANA sobre Valencia en la que Iker Jiménez y su entorno de colaboradores se ven envueltos en polémicas que corren como la pólvora por redes sociales. A los comentarios airados del presentador exigiendo que se buscaran muertos en el parking de Bonaire -«hay muchos cuerpos, muchos cuerpos. Muchos», tuiteó a pesar de que afortunadamente los servicios de emergencia no encontraron ningún cadáver allí-, le siguió el papelón de uno de sus colaboradores, Rubén Gisbert, al que una cámara furtiva cazó 'in fraganti' rebozándose de barro antes de entrar en directo desde la zona cero . La indignación por la actuación de Gisbert fue tan acusada en redes que, unos días después, Jiménez tuvo que pedir perdón, asegurando que cuando vio el vídeo «quería matarlo» con sus propias manos. A menudo, son los colaboradores de 'Horizonte' y 'Cuarto Milenio' los que meten a un presentador ya de por sí locuaz -hasta el punto de enfangarse con informaciones antes de que estén verificadas- en alguna polémica. Jiménez es un gigante de la comunicación que, de la mano del 'misterio', ha cosechado éxitos en todos los formatos en los que ha trabajado. Sin embargo, y como ya explicó a ABC David Felipe Arranz , un habitual de sus tertulias: «Es valiente y audaz en la convocatoria de expertos, lo que a veces le ha acarreado más de un disgusto, porque él no piensa en modalidad política, sino periodística». La DANA ha sido terreno abonado para ello, y sirva de ejemplo, de nuevo, el caso del parking de Bonaire. «Saben cuánta gente ha desaparecido. Y saben cuántos desaparecidos son fallecidos. Nos tratan de memos, de niños y de borregos» , espetó Marc Vidal, un economista y tertuliano habitual de 'Horizontes', en la mesa de debate de ese programa. Cada vez que la polémica envuelve a estos protagonistas, la reacción en redes es inmediata: se desata una auténtica batalla entre sus numerosos detractores y unos furibundos seguidores. El anuncio este miércoles del banco ING de dejar de anunciarse en los dos programas que tiene Jiménez en Mediaset encendió la última de las mechas. En una nota, la entidad explicó que toma sus decisiones de marketing en base a diferentes factores, como el contenido o la estrategia comercial y no las relaciona con programas o presentadores concretos. Si bien, justifica el cambio de su «parrilla publicitaria» en « la polémica generada en los últimos días en un contexto social muy sensible».   Tras el anuncio, ING ha sufrido una campaña en las redes sociales que invitaba a sus clientes a practicarle un corralito, cerrar las cuentas y vender las acciones que tuvieran, con comentarios que por lo general apuntaban hacia la supuesta agenda «woke» del banco y lo acusaban de «bailarle el agua al Gobierno». El fenómeno ha escalado rápido, entremezclado además con avisos e informaciones no veraces. Entre ellas, la captura de imagen en la que parecía que ING había bloqueado la opción del cierre de cuentas, extremo que el banco ha desmentido a este diario, además de una noticia que aseguraba que la entidad había caído en Bolsa, cosa que no se corresponde con la apertura al alza esta mañana.

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