La deuda de las Administraciones Públicas ascendió en septiembre hasta los 1.637 billones (miles de millones), lo que supone un incremento del 3,7% respecto al mismo mes del año anterior y de un 0,8% en relación a agosto. El dato supone que el 'debe' del Estado vuelve a anotarse un máximo histórico ; hasta ahí, nada nuevo. No obstante, si se toma la comparación con el PIB, que es la relación que se hace tradicionalmente para medir la deuda, la ratio deuda/PIB se sitúa en el 104,4%, lo que supone una moderación con respecto al dato del segundo trimestre, que fue del el 105,3%. La relación entre la deuda y el PIB es importante porque mide el apalancamiento financiero de una economía (la capacidad de financiarse con recursos propios) y es uno de los valores que utiliza la Unión Europea para medir la salud financiera de las economías, aunque vistas las circunstancias ese 60% de máximo que fijan las autoridades comunitarias como criterio de convergencia ya parece un objetivo muy lejano. La moderación de la deuda sobre el PIB que se ha alcanzado en septiembre se debe principalmente al crecimiento de la economía española. Hay que recordar que hace unos días el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó al alza hasta el 2,9% su expectativa de crecimiento de este año para nuestro país. Sin embargo, y como ya se ha avanzado, más allá de esto lo cierto es que la deuda sigue disparada, principalmente por la conjunción de aumento de gasto que siguió a la Pandemia y la guerra de Ucrania y menores ingresos. Precisamente, en una intervención hoy en el foro económico de Fráncfort, el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha advertido de que aunque la relación deuda/PIB agregada de la zona euro haya disminuido considerablemente desde su nivel máximo durante la Pandemia, los niveles de deuda siguen siendo elevados en muchos países debido a los persistentes déficits primarios. El desequilibrio deuda-PIB puede llegar a limitar la capacidad de maniobra de los gobiernos para apoyar la economía y realizar inversiones adicionales, lo que podría dar lugar a un «círculo vicioso negativo», ha dicho De Guindos, entre bajo crecimiento y sostenibilidad de la deuda soberana. De estos 1.637 billones que debe España, 1.490 (+5,4% en términos interanuales) corresponden al Estado central; 37 billones (-9,9%) a lo que el Banco de España llama 'Otras Unidades de la Administración Central' (Sareb o Frob, entre otras); 116 billones (+9,4%) a las Administraciones de la Seguridad Social; 334 billones (+2,5%) a las Comunidades Autónomas; y 23 billones (-0,2%) a los ayuntamientos. Sobre la creciente deuda de la Seguridad Social, hay que recordar que este organismo afronta un problema de sostenibilidad irresoluto y creciente que hasta ahora se viene corrigiendo gracias a los préstamos concedidos por el Estado para pagar las pensiones.
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