Entre las numerosas empresas afectadas por la DANA de la semana pasada se encuentra Andana Editorial , un sello valenciano ubicado en Picasent que ha perdido buena parte de su fondo por culpa del agua. «En una primera estimación estamos hablando de unos 110.000 ejemplares», comenta Ricard Peris , jefe de la editorial . Se trata del 30 por ciento de los libros que guardaban en un almacén de Ribarroja, que ha quedado arrasado por la riada. «Es un almacén con cinco alturas, y entró medio metro de agua, bueno, de barro, y se ha visto afectado todo lo que estaba en esa planta», explica. En su caso, cajas y cajas de libros que han quedado inservibles. Reponerlos, calculando que imprimir un ejemplar cuesta unos 4 euros, les supondrá una inversión de más de 400.000 euros. Un desastre, tratándose de una editorial pequeña, con una docena de trabajadores y que publica entre veinte y títulos al año. «El colmo es que en la parte baja estaban los libros que tienen más rotación: el 'long seller', la novedad o aquello que va a salir más pronto». Los libros que mejor se venden, en definitiva. «Nuestro objetivo es intentar volver a la normalidad lo más pronto posible. Tenemos la esperanza de que los seguros puedan hacerse cargo de las reimpresiones. Lo tenemos todo inventariado y asegurado, lo llevamos al día. Ha habido también una reunión de los editores valencianos con el Ministerio de Cultura y están bastante receptivos a sacar algún tipo de ayuda que pueda servir para estas cosas. Lo importante es tener músculo financiero para aguantar», asegura Peris, que suena más o menos optimista al otro lado del teléfono. «Nos hemos pasado días sacando barro de nuestras casas. Mis padres viven en Algemesí y se inundó la primera planta de su casa. Podrían haber muerto. En la editorial no hemos perdido a nadie, y eso es una suerte. Al final, lo relativizas. Dentro de la gravedad, todo esto lo hemos puesto al final. Aún no somos conscientes de las consecuencias económicas. A lo mejor dentro de un mes, cuando veamos las cifras, o que no han llegado las ayudas, pasamos a la siguiente fase. Ahora en lo que hemos pensado es en salvarnos como podamos». Andana es una editorial modesta cuyas oficinas están en Picasent, un pueblo ubicado en la zona alta y adonde afortunadamente no ha llegado el agua. Publica libros ilustrados e infantiles, y cuenta también con otro sello especializado en no ficción, La Caja Books. Su editor es Raúl Asencio , que ha asistido a todo esto desde Zaragoza, donde vive desde hace unos años. «No me quiero poner en lo peor, de momento prefiero pensar que no se ha perdido todo. Podría ser desastroso, porque en ese almacén está el margen de beneficio que les queda a los libros. Si tiramos 2.000 ejemplares de un libro, mil van a la distribuidora, que está en Madrid [y con los esos libros a salvo], y otros mil se quedan en el almacén para envíos de prensa, reponer lo que vende la distribuidora o para llevarlos a ferias. Es en este excedente donde se han pagado los gastos del libro y empiezan a ser rentables. Si se hubieran perdido estos libros, sería desastroso: habría que reeditar muchos de ellos sin haber cubierto los gastos de la primera tirada», valora Asencio. «El coste de imprimir una tirada de 2.000 ejemplares oscila entre 4.000 y 7.000 euros, sin contar otros gastos como salarios, maquetación, corrección tipográfica...». Lo peor de estos días, según el editor de La Caja Books , es la incertidumbre. Una semana después de la DANA, solo saben las cifras globales. Ahora les toca hacer inventario de cuáles son los ejemplares que han perdido. Asencio no tiene claro que vaya a tener capacidad para recuperar todo lo que ha perdido. El apoyo de otras editoriales, eso sí, «ha sido abrumador», comenta, como el de entidades y asociaciones del sector. Pero de momento no son más que mensajes de ánimo. Más o menos como el Ministerio de Cultura, que aún no ha hecho público un balance de daños en el sector cultural y esta semana por fin ha comenzado a reunirse con entidades del tejido. El martes, Ernest Urtasun se vio con la asociación de editoriales de Valencia y este miércoles ha hablado con los libreros. «Después de reunirnos con el sector editorial, bibliotecas, sociedades musicales y cine, hoy seguimos analizando el impacto de la DANA con librerías, artistas falleros y de artes escénicas y visuales. La cultura valenciana puede contar con el Ministerio de Cultura para su reconstrucción», asegura Urtasun. Veremos.
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