Si en el orden humano la reacción de la ciudadanía a la tragedia fluvial de Valencia ha sido un hermoso ejemplo de solidaridad y una muestra de cohesión moral entre los territorios de España, más unidos en el fondo de lo que proclaman los cantores de la federación asimétrica, en el orden de la política activa esta tragedia está poniendo de relieve la ausencia de un espíritu unitario que por encima de la contingencia diaria dé fuerza y espesor a una auténtico ideal de nación. Como tantas veces en el curso de nuestra historia, el pueblo está siendo mejor que la clase política, atareada en una estrategia defensiva y utilitarista éticamente miserable y sobrada de sectarismo que antepone la ideología... Ver Más
abc.es