Lo que no han conseguido las decisiones subjetivas de los comisarios, la superioridad técnica del Red Bull que aburría al personal o los presuntos alerones flexibles del McLaren ahora apabullantes, pueden lograrlo las palabrotas que se escuchan usualmente en las radios de las transmisiones de la Fórmula 1: acabar con la paciencia del campeón del mundo, Max Verstappen. Los tacos lo han descentrado. Después de un fin de semana de reproches a propósito del lenguaje soez de los pilotos cuando están a mil pulsaciones jugándose el pellejo dentro de los coches, de una absurda sanción comunitaria al holandés por parte de la FIA y de una comedia en las declaraciones del piloto mientras se disputa el título con Lando Norris... Ver Más
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