La genial sencillez de David de Arahal

En el flamenco hay artistas que son muy buenos pero que no van más allá de lo que pueden ofrecer, y después hay otros que están tocados por el don de la genialidad . Es algo que no se puede explicar, sólo sentir. En este último grupo está David de Arahal , un guitarrista que a pesar de su juventud tiene todas las trazas para convertirse en un maestro de los que crearán escuela en los próximos años. Ayer presentó en la Bienal su nuevo disco, 'Callejón del arte' , un trabajo lleno de sensibilidad, poesía y duende que presentó a Sevilla en un estreno absoluto. Antes de que saliera al escenario sonó su voz grabada y el primer mensaje que lanzó estuvo lleno de hondura y lirismo: «El tiempo es como un puñado de arena que se escapa de nuestras manos» . Tras estas palabras afrontó la primera pieza, 'Claveles rojos', una granaína salpicada de trémolos que inundaron la sala de Espacio Turina y que arrancó los primeros oles de la tarde. Otra de las virtudes de David es que estuvo acompañado por cuatro artistas de peso: Ángel Vera (segunda guitarra), Lito Mánez (percusión) y los hermanos Gamero (palmas). Los jaleos llegaron con los primeros acordes de 'Callejón del arte', una pieza exquisita que da título a este nuevo disco. Casi sin tiempo para el respiro llegó 'Soleá de los resplandores', donde el de Arahal demostró que bebe de la guitarra de los clásicos como Paco de Lucía . No en vano, el guitarrista sevillano fue de los que más sobresalió en el homenaje al genio de Algeciras que organizó Tomatito en la inauguración de la Bienal. David de Arahal siguió adentrándonos por esos esos callejones del arte y del delirio con una técnica impecable, pero a la vez llena de alma y corazón , por eso es un guitarrista diferente a los demás de su generación. No es extraño, pues, que antes de que comenzara la pieza titulada 'San Francisco' una persona del público interpelara al músico diciéndole: «Flamenco tú, David» . Uno de los momentos más mágicos de la tarde fue cuando se hizo el silencio y sonó desde las butacas del público la voz en la lejanía de Rafael 'el Guardacoche' , un veterano cantaor muy querido y respetado en Arahal. Acto seguido, el quinteto interpretó 'Guardacoche', composición que David le ha dedicado en su nuevo disco a este artista. También este guitarrista se confesó ser «un enamorado de las cosas sencillas» y contó una historia de una vecina suya que tiene jazmines en su casa y que va poniendo puñados de estas flores en las viviendas de los que viven en su calle. De ahí que este nuevo disco incluya 'Jazmín', un tanguillo en el que Lito Mánez dio buena cuenta de su maestría en la percusión. Cuando ya no parecía haber más capacidad para el asombro, de repente salió Manuel de la Tomasa y la voz de este gran cantaor se asoció a la guitarra del de Arahal en un instante que ya quedará para el recuerdo. El nieto de José de la Tomasa está también dotado de esa genialidad a la que sólo aspiran los elegidos, por eso colabora en una seguiriya en el nuevo disco del guitarrista. Cuando finalizó su actuación, Manuel agradeció a «mi hermano David tanta sabiduría e inspiración que me da». Después siguieron aumentando las emociones porque el músico reveló al auditorio que 'Callejón del arte' es un título que viene de Antonio Canales . Hace dos años el guitarrista acompañó al bailaor en una actuación en Arahal. Después fueron a cenar a El Churrasquito de José María, situado en el Pasaje Diego del Gastor. Nada más llegar, Canales dijo que aquel lugar era todo un 'callejón del arte'. Por eso el bailaor no se quiso perder ayer este concierto y el de Arahal dijo que «lo quiero con locura y cada día lo tengo presente en cada acorde». Tras unos intensos aplausos y el público en pie, David tocó una copla con su grupo y el final llegó de la mano de Sandra Carrasco, que subió al escenario y cantó unos fandangos de Huelva. No se podía pedir más.

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