El eje de rotación de la Tierra, la línea imaginaria alrededor de la cual gira nuestro planeta, se ha inclinado casi 80 centímetros hacia el este por la extracción de las aguas subterráneas entre 1993 y 2010, producto del abastecimiento humano para el consumo, la agricultura y la industria. Es uno de los sorprendentes efectos del antropoceno, la era geológica en la que nos encontramos habitualmente, definida por el impacto de las grandes obras de ingeniería y el resto de la actividad humana sobre el planeta.
Como informa la revista Nature, un estudio científico publicado en la revista de geofísica Geophysical Research Letters afirma que el ser humano ha bombeado casi 2.150 gigatoneladas de agua del subsuelo durante esos diecisiete años. Este trasvase de aguas ha contribuido al aumento de los niveles del mar en más de 6 milímetros, afirman, y ha desviado el eje de rotación por la redistribución de la masa terrestre.
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Qué han descubierto
Aunque el agua representa sólo un 0,05% de la masa total de la Tierra, la distribución de esta masa líquida afecta directamente a la distribución de la masa del planeta. El geofísico de la Universidad Nacional de Seúl, Ki-Weon Seo, director del estudio, asegura que la investigación demuestra que “entre las causas relacionadas con el clima, la redistribución de las aguas subterráneas es la que más influye en la deriva del eje de rotación".
Anteriores estudios afirman que la principal causa de este desplazamiento es el derretimiento del hielo glaciar, un fenómeno que también altera la distribución de la masa del planeta liberando grandes cantidades de agua atrapada en esas formaciones y depositándola en los océanos, que cada año suben 3,4 milímetros. Un estudio realizado por la Universidad de Zurich estima que se han derretido más de 9,6 billones de toneladas de hielo glaciar en el mundo desde 1961.
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El movimiento polar observado (flecha roja, 'OBS') comparado con el modelado sin (flecha azul discontinua) y con (flecha azul sólida) redistribución de la masa de aguas subterráneas.Sin embargo, el derretimiento de hielo no es el principal responsable de la distribución, como apunta Seo. En el nuevo estudio, los investigadores modelaron los cambios observados teniendo en cuenta las capas de hielo y glaciares, añadiendo luego diferentes escenarios de redistribución del agua del subsuelo. El resultado de su modelo coincide casi totalmente con el cambio real en la inclinación del eje observado en el desplazamiento del Polo Norte geográfico. Descubrieron que su distribución desde las latitudes medias tiene un mayor impacto que el licuado del hielo glacial: la mayor cantidad de agua se desplazó hacia el oeste de Norteamérica y el noroeste de la India.
El agua extraída termina en el mar
Como si fuera una peonza, la Tierra gira de forma ligeramente diferente al redistribuirse su masa, algo que sucede cuando el agua se desplaza. El agua almacenada en el subsuelo es extraída para el consumo humano, la agricultura, procesos industriales y abastecer otros sectores como el turístico. Finalmente, este agua fluye al mar, provocando los cambios en la masa que afectan a la rotación.
El desplazamiento en el eje de rotación ocurre de forma gradual, ya sea por cambios en la atmósfera, los océanos o en la parte sólida de la Tierra. La científica Surendra Adhikari afirma que “los cambios debidos al bombeo de aguas subterráneas no corren el riesgo de alterar las estaciones”. Adhikari declaró al diario científico Geophysical Research Letters que los 80 centímetros “sí pueden repercutir en el clima en la escala de tiempo geológica”.
elconfidencial.com