La historia que te va a reconciliar con el fútbol está en la sexta división inglesa (y la ha escrito un español)

Hay historias que merecen ser contadas. Hay historias que atrapan, que generan un sentimiento de adhesión casi inquebrantable, de empatía con los personajes. Si además el fútbol se cuela en la ecuación, el cóctel es explosivo. Una sensación similar es la que tuvo el periodista Nacho González (Madrid, 1995) cuando el azar lo llevó hasta Maidstone para relatar el auge y caída del equipo de la ciudad: el Maidstone United. Lo ha hecho en Nómada United (Panenka y La Media Inglesa, 2024), obra en la que hay anécdotas inverosímiles y personajes variopintos.

El libro es la culminación de un proceso que comenzó con una simple broma. Tras publicar un vídeo sobre el club en La Media Inglesa, propuso un reto: subirse al dinosaurio que hay en la estación de tren de la ciudad si llegaban a un número de visitas. La audiencia nunca se cumplió, pero a cambio le llegó un mensaje por Twitter de uno de los jugadores, además de autor del epílogo de este libro, Sam Bone, en el que lo invitaba a cumplir el reto.

"Cuando Sam me escribió es el momento en el que me cautiva la historia", relata González en conversación con El Confidencial. "Cuando recibí su mensaje, me percaté de que teníamos una historia, que además estaba viniendo a nosotros. Era una historia que podíamos hacer propia. Fue entonces cuando empecé a investigar y me di cuenta de que hay muchas cosas que no se han contado sobre el Maidstone en español. Pero en inglés tampoco. El club y su gente habían pasado por obstáculos y situaciones inverosímiles".

Sam, sin raíces hispanas, manejaba un fluido castellano justificado por su adicción a dos productos audiovisuales: La que se avecina y La Media Inglesa. Asimismo, había pasado por diferentes categorías del fútbol inglés e irlandés y había superado un cáncer de testículos. Su historia era curiosa cuanto menos.

El periodista Nacho González es el autor del libro. (Cedida)

La refundación del club

"Me di cuenta de que había material para más que un reportaje cuando descubrí la biografía de Sam. El día que él me escribió, investigué en casa durante tres horas. Es cierto que fue después, al visitar el lugar, cuando descubrí muchas más cosas, pero ya era motivo suficiente para desplazarme y hablar con la gente. Al cruzarse la historia del club y la del jugador, vi que era perfecto", expone González.

Este es el motivo principal del libro: las historias entrelazadas de club y jugador. De hecho, una fuerte dosis de azar lo ha hecho posible. "Sam estaba en un punto de su vida en el que no sabía si iba a dejar el fútbol. El Maidstone había cambiado de entrenador justo cuando él apenas tenía protagonismo, pero no iba a presentarse al primer entrenamiento porque prefería quedarse en casa durmiendo y no se puso alarma. Como dormía en casa de sus tíos, su primo lo despertó al entrar en el dormitorio a por una chaqueta. Finalmente, fue al entrenamiento, le gustó al técnico y se quedó en el club".

Maidstone presenta una idiosincrasia particular, en parte como ciudad dormitorio de Londres. "No pueden evitar vivir a la sombra de la capital, porque los tentáculos llegan. Si hablas con gente de allí, te das cuenta de que muchos trabajan en Londres porque está a una hora de tren. Hay ciudadanos que son del Chelsea, del Arsenal… Pero Maidstone tiene una ventaja: que solo está el Maidstone United, por eso cuando el club desapareció todos se congregaron para su refundación".

El Maidstone llegó hasta octavos de final en la pasada FA Cup. (EFE/Peter Powell)

La visita al estadio

La documentación y las entrevistas para la elaboración del libro se convirtieron en una ardua tarea. González charló con aficionados del Maidstone, la mayoría con una edad superior a 50 años. "Ellos eran los que podían contarme lo que ocurrió en los 80, en los 90… Eran personas que nunca hablaban de la calidad del fútbol que iban a ver, porque recordaban cosas que habían dicho sus amigos, que habían pasado en la grada… Tenían una habilidad muy desarrollada para reírse de sí mismos".

González ha contado numerosas historias en La Media Inglesa, pero ¿por qué quedó atrapado con esta y no con otras? "Por el componente de la remontada. Es muy difícil salir a flote con la cantidad de clubes que hay en Inglaterra. El Maidstone puede presumir de ser el que más bajo ha caído [estuvieron en la Décima División] después de refundarse y el que más tiempo ha estado sin estadio. Eso hacía la historia muy poderosa. Era una oportunidad, como digo en el libro, que no sabes cuántas veces vas a tener en tu carrera como periodista. Como se juntaron muchos factores al mismo tiempo, la agarramos y no la soltamos".

Sus viajes a Maidstone habían implicado varias cosas: paseos por la ciudad, charlas con integrantes del club, visitas a Sam… Solo quedaba ver un partido en el estadio. "Solo tenía una bala, en marzo, cuando el libro ya se estaba gestando por entonces, porque ese fin de semana no había Premier League y no tenía que comentar ningún partido en DAZN. Me obligué a ir y fue una experiencia importantísima para el libro".

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Taxis en lugar de autobús

El Maidstone fue apodado el pasado siglo como el Manchester United de la Non-League, un pseudónimo que ahora ha desaparecido. "Lo era en los tiempos previos a la desaparición. Lo llamaban así porque el dueño puso mucho dinero para que se distinguieran por la sofisticación. Cuentan que iban a los partidos en traje, en primera clase en los trenes o en un autobús espectacular".

Una de las anécdotas tiene que ver con el autobús. De camino a un partido, pincharon y vino otro a recogerlos con la mala suerte de que volvió a pinchar, y casi no llegaron al encuentro, con miradas constantes al reloj. Desde entonces, durante un tiempo, iban a los encuentros en taxi. "Ahora van en bus cuando tienen que ir a sitios lejanos, aquello de los taxis se acabó".

El club encabezó una particular remodelación de su estadio: vendió los terrenos para generar ingresos, saldar deudas y construir uno nuevo. ¿El problema? Que compraron unas parcelas en las que nunca le autorizaron la construcción. "Es una historia de negligencia por parte de sus dueños. En Inglaterra, muchas de las historias de desastres tiene que ver con que los equipos se desprenden de su activo más importante: el estadio. Los propietarios estuvieron mal, pero peor todavía el ayuntamiento, porque no les dejó construir en casi ningún lugar de la ciudad, alegando problemas con los vecinos. En esos lugares, a posteriori, se construyeron supermercados y complejos que contradecían igualmente la normativa. Esto es un ejemplo de resiliencia de los aficionados, porque soñaron durante más de 20 años con recuperar su estadio".

Los jugadores agradecieron el apoyo a la afición. (EFE/Peter Powell)

La simpatía por el Maidstone

El Maidstone apareció en escena el año pasado porque avanzó rondas en la FA Cup hasta alcanzar los octavos de final como el club de la división más baja (la sexta). "Probablemente, se convirtieron en el equipo más simpático del torneo. Todos estaban pendientes de que avanzase. Pero también había aficionados de su categoría pendientes de que perdiesen para reírse de ellos. El fútbol inglés no se entiende sin rivalidades".

En definitiva, se trata de un libro que asimismo refleja la pureza del fútbol modesto inglés, aunque haya cambios que la amenacen. "Muchas veces los equipos grandes logran que se imponga su agenda. Una de ellas es los partidos de replay en la FA Cup, porque han conseguido que no los haya a partir de la primera ronda". A pesar de este detalle, todavía hay puritanos que continúan apoyando a esos humildes que a veces vencen a los gigantes. O que ven molinos, como quizá sea el caso del Maidstone.

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