La inflación de la alubia de Gernika: el verano atípico eleva su precio hasta los 23 euros

Ha llovido demasiado en una época en la que este cultivo necesita sol y se ha reducido la cosecha, también la de Tolosa, una muestra más de la vulneravilidad del sector primario, que pide más atención desde la Administración

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Nadie duda de que una buena alubiada es un majar y que el secreto de esta delicia culinaria está en una buena alubia roja. Una variedad que tiene en la de Gernika una de sus mejores y más preciados exponentes. Una delicatessen que este año se vende a un precio al alcance de pocos bolsillos. El pasado lunes, el último de octubre en la que se celebra la tradicional feria del agro en Gernika se vendió en los puestos en una horquilla entre 20 y 23 euros el kilo, el año pasado estaba en el entorno de los 18 euros en esta misma feria. Una subida de precio que es la cara de una moneda cuya cruz refleja los vaivenes del sector agrícola. Este verano atípico que hemos vivido en Euskadi, con muy pocas horas de sol, ha mermado la cosecha y eso sube el precio. Es la ley de la oferta y la demanda que preside el mercado, también el de Gernika.

“Este verano ha sido muy malo para la agricultura y la alubia ha sido uno de los cultivos más perjudicados”, dice Carlos Ibarrondo, responsable del sindicato ENBA en Bizkaia. “Ha llovido demasiado y se ha recolectado muy poca cantidad de alubia, de ahí la subida del precio”, señala. “Han sido unos meses buenos para el forraje. Llueve y hay pastos, pero no ha sido igual para otros cultivos”. Una situación que, señala, también ha perjudicado a la vendimia de la uva de txakoli. “Se ha recolectado la mitad de un año normal”, dice.

Esta cosecha reducida ha afectado también a otra de las variedades de alubias típicas en Euskadi, la alubia de Tolosa. Hay poca cantidad lo que está provocando un “excepcional” retraso de la cosecha, que ha obligado a posponer al 14 de diciembre la Fiesta de la Alubia de la localidad guipuzcoana de Tolosa, ya que “no hay suficiente” producto para abastecer los actos centrales de este evento. A estas alturas de octubre se debería haber recogido la cosecha y “acabado su proceso de secado”, sin embargo, “la mayor parte aún sigue en la planta”, señalaba hace unos días el presidente de la asociación de productores de la Alubia de Tolosa, Xabier Goikoetxea. Algo que, reconocía, no ha pasado nunca.

Carlos Ibarrondo recuerda desde ENBA que tanto agricultores como ganaderos dependen mucho de factores como el clima y también de coyunturas económicas determinadas por contextos sociopolíticos como se ha demostrado con la guerra de Ucrania. Por eso apremia a que se pongan en marcha medidas desde el Ejecutivo vasco. Y en este sentido, valora que se haya creado un departamento específico de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca, que dirige Amaia Barredo. “Pedimos un departamento específico y se nos ha hecho caso, pero, de momento, hasta ahí”, señala. “Todavía no nos hemos reunido con la nueva consejera ni hay atisbos de que se vaya a cumplir el decálogo que pactó el anterior Gobierno con nosotros. Dicen que lo asumen, pero de momento o tenemos más que palabras y pocos hechos”, lamenta.

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