Ya han pasado varios días desde que el caos se instalara en Valencia tras el paso de la Dana que arrasó con una gran parte de sus municipios, llevándose por delante coches, casas, comercios y lo peor de todo, vidas. A estas alturas ya todos sabemos que no va a ser fácil ni rápido que los afectados recuperen sus vidas, y por tanto, toda ayuda es poca para intentar que eso suceda lo más rápido posible y con las menores consecuencias. Y si hay un punto positivo entre todo lo que ha pasado es que la ola de solidaridad ha sido inmensa , no han faltado voluntarios para trabajar, ni donaciones tanto de particulares como de empresa de productos de todo tipo. Y sin embargo más de una semana después, el problema está lejos de solucionarse y Sara Ferrer, vecina de Aldaia, una de las poblaciones consideradas 'zona cero' , más conocida en redes sociales (dónde también trabaja) como Sara Fero, explica «lo que se necesita es que se decrete el nivel de emergencia 3 para que todo se organice, se puedan requisar naves, ordenar la ayuda… todo eso es muy difícil si cada uno lo hace por su cuenta» explica. Y es que lleva días dejando en su perfil de Instagram que hay que organizar y canalizar la ayuda, que debe pasar por los Ayuntamientos y por servicios sociales para que todo tenga un control y se reparta de una manera justa, «es que esto es una guerra pero sin violencia, la gente llevando y llevando ropa, te paran por la calle todo el rato por si quiere lejía o cualquier cosa… una locura, porque hay espabilados que se están aprovechando» se lamenta, y sin embargo agradece « es genial que todo el mundo quiera ayudar , y se va a necesitar, claro, pero es que ahora mismo hay muchísima ropa, hay comida que se va a poner mala, porque es imposible que llegue, pero es impresionante todo». Toda España se ha volcado con la situación, y lo estamos viendo especialmente a través de las redes, pues son muchísimos los creadores de contenido que han viajado hasta alguna de las localidades para ponerse manos a la obra, mientras otros recogen donaciones, o reparten comida, pero no es oro todo lo que reluce, pues muchas personas explican que también hay quién está aprovechando las circunstancias para llenar su feed de contenido o lo que comúnmente se llama 'hacerse la foto', y hemos querido conocer la opinión de Sara al respecto: «claro que hay, ahí de todo, hay quién trae un poco de lejía y se va, ¿tú quieres currar? Coge un cubo y a sacar lodo . No, la verdad es que los que estamos aquí currando cada día, además de que hemos estado sin cobertura, sin internet, no podemos, o yo no puedo estar pendiente de todo lo que se está diciendo en redes, es imposible, pero claro que hay quién solo se hace la foto, pero también quién está ayudando, así que qué más da», explica. Pues si de algo está orgullosa ella es de todas las personas que están a su lado estos días, pues ella no solo vive en la zona afectada, aunque su piso es un cuarto y por tanto está bien, también trabaja y tiene un negocio propio, una asesoría fiscal que estaba a pie de calle y que han tenido que limpiar entera. Algo que hizo con ayuda de familia y amigos, especialmente de su marido, que la tarde de la lluvia tuvo que dormir fuera y no pudieron hablar hasta el día siguiente, y de sus dos hijos, que hasta que se restablecieron las conexiones y se pudo circular no pudieron marcharse con sus abuelos, « mis hijos no están aquí porque esto es insalubre, o sea, huele a mierda » explica, «se los llevó mi padre a la casa del campo con dos pantalones y un pijama de verano y mi madre ahí está lavándoles los calzoncillos por la noche hasta que podamos ir, esto es muy fuerte» dice, «es que en mi oficina, aunque ya está limpia no tengo ordenadores, están ahí mis compañeros trabajando con el tema de las ayudas, como se puede» nos cuenta. «Yo estoy trabajando con un serbio que lleva viviendo en Valencia dos semanas y no sabe ni hablar español, y ahí está el tío cada día, con un francés, un chaval de Manises, hay gente de todas partes y ahí estamos el equipo basurilla , ahora ayudando en Catarroja porque Aldaia ya está mucho mejor, ya casi todos los garajes están limpios y ayer ya fuimos a Catarroja», explica, «se necesita mucha maquinaria, necesitamos mucho tractor, mucho camión, muchos 4x4 para vaciar los garajes, los coches están reventados con gasolina y lodo mezclado, y las tuberías de las fincas rotas, las ejes van a los garajes, es un desastre todo» confirma, pues coincide con todo el que ha estado sobre el terreno en que no es lo mismo vivirlo que verlo. Por ello no deja de repetir tanto en sus redes como en su entorno que se necesita el nivel de emergencias tres, «porque lo que cambia es que cogería el control el estado, no la Generalitat, porque en España funcionamos por comunidades autónomas, entonces todos los recursos que tiene en el gobierno pasarían a ser efectivos. Por ejemplo, en la Comunidad Valenciana, las naves cercanas no tenemos naves para almacenar cosas, hemos tirado de gente privada, el estado tiene el poder de requisar esas naves y utilizarlas mientras que la Generalitat no tiene ese poder» argumenta. Y además no tiene problema en dejar claro que cree que esto no se hace por un tema completamente político: «claro que no se hace por un tema político, porque tú coges el gobierno y todos los militares que tienen y los pones a trabajar en todos los pueblos afectados y esto hubiese avanzado muchísimo más, aquí han tardado en llegar militares 5 días, y en Catarroja está ahora petado, pero están empezando a llegar ahora y podían haber llegado el tercer día, es que no lo entiendo» dice indignada. Aunque en todo momento se muestra positiva a pesar de lo complicado de la situación, pues cree que ahora todos están volcados en solucionar la parte principal del problema, y el momento de depurar responsabilidades y conocer el alcance real de las consecuencias llegará más tarde, « hay psicólogos por la calle que te dicen si necesitas un abrazo » explica, pero sabe que en realidad eso será algo mucho más necesario pasado el shock inicial. Por ahora están centrados en trabajar para volver a una normalidad que quizá nunca será como la conocieron.
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