La manada de Castelldefels creó «un clima de sometimiento» para «anular» a sus víctimas

Cinco individuos que contaban con un grupo de Whatsapp , bautizado K-Team, para seleccionar a sus víctimas. Jóvenes que llevaban hasta la vivienda de uno de ellos, en plenas restricciones por la pandemia, con la excusa de unirse a una fiesta. En sus conversaciones y audios a través de la citada aplicación, los cinco corroboraron como se «turnaban» para violarlas y como «tanteaban» a otras chicas para llevarlas al domicilio de Castelldefels (Barcelona). Luego, se jactaban de ello. «Te pasaría el teléfono de una, pero no me fío porque a esa sí la veo capaz de denunciarme», reza uno de los mensajes. La Fiscalía sostiene que esta manada creó «un clima de sometimiento» para «anular la capacidad de reacción» de sus víctimas y pide para ellos penas de prisión que oscilan entre los 53 y los 28 años de cárcel. Fue en diciembre de 2022 cuando la titular del Juzgado de Instrucción 5 de Gavá decretó su ingreso en prisión provisional. Decisión que los cinco acusados recurrieron, apuntando que las relaciones habían sido consentidas, pero la Audiencia de Barcelona rechazó dicha posibilidad, precisamente, por el contenido del chat grupal . «¿Desde cuándo una tía es solo para uno?». «La chica va muy borracha, se aproxima trío». «Te pueden buscar la ruina por un polvo que no vale la pena. ¿Pero no dice nada de violación, no? Una violación sería ir por la calle, pillar a una tía, atarla y eso. Igual ella dijo que no quería hacer de todo y lo hicimos, es diferente», rezan algunos de los mensajes. Según el escrito de acusación del Ministerio público, uno de los sujetos, A. R., siendo consciente de que una de las chicas sufre distonía y epilepsia, por lo que toma medicación, contactó con ella a través de redes sociales para invitarla a su casa. Era abril de 2021. Cuando acudió a la cita, se encontró allí a los otros cuatro individuos. Comenzaron a beber unas copas y, pasado el rato, dos de ellos la asaltaron. Ella les pidió que parasen pero, lejos de hacerle caso, la sujetaron y la llevaron hasta un dormitorio, donde cuatro la violaron. Otro se quedó mirando. Al mes siguiente, también A. R. contactó con otra joven a través de Instagram. Ocurrió lo mismo. Acudió a la vivienda de Castelldefels y allí se encontró también con los otros cuatro. Tras beber alcohol, la chica aceptó ir a un dormitorio con uno de ellos, J.M.M. y, poco después, allí aparecieron otros tres. Fue uno quien la forzó. La víctima estaba ebria e incluso se defecó en la habitación. A otra de las víctimas la contactaron a través de Badoo. Dos de los individuos tuvieron un encuentro consentido con ella en un hostal. Lo que no consintió fue que la grabasen y que luego distribuyesen el vídeo en el chat grupal. También en mayo, organizaron una fiesta en el piso e invitaron a otra joven. Allí, entre tres, la sujetaron y la llevaron hasta el sofá donde la forzaron y la violaron, mientras otro grababa para, igualmente, compartirlo a través del grupo de Whatsapp. La Fiscalía considera que los cinco individuos conformaron un grupo criminal para la comisión de delitos contra la indemnidad sexual. Los acusa también de las violaciones, así como de revelación de secretos. Pide para ellos penas que oscilan entre los 53 y los 28 años de cárcel. También la prohibición de acercarse o comunicarse con las víctimas, así como inhabilitación para ejercer cualquier oficio que conlleve contacto con menores, y libertad vigilada una vez cumplan sus eventuales condenas. Además, el Ministerio público solicita que indemnicen a las tres víctimas con 50.000, 73.300 y 89.000 euros.

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