El secretario ejecutivo de ONU Cambio Climático, Simon Stiell, demandó este lunes «torrentes de financiación» para adaptarse al calentamiento global porque ello marca «la diferencia entre la vida y la muerte». Stiell hizo esas consideraciones en una mesa redonda ministerial de alto nivel sobre los planes nacionales de adaptación, celebrada en la Cumbre del Clima de Bakú (Azerbaiyán), conocida como COP29 . «Los planes nacionales de adaptación son más necesarios que nunca. Son realmente vitales. Este año, vimos cómo cada pedacito de preparación, cada póliza, cada plan es la diferencia entre la vida y la muerte para millones de personas en todo el mundo», indicó. Stiell señaló que los recursos financieros y de capacidad climática son «escasos, especialmente para los más vulnerables , en los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo». «Las personas, las comunidades y las naciones quieren actuar, protegerse a sí mismas y a sus seres queridos, fortalecer sus negocios y economías, pero no tienen los medios », añadió. Stiell recalcó que «cuando las naciones no pueden proteger sus eslabones de las cadenas de suministro mundiales contra el clima, todas las naciones de nuestra economía mundial interconectada pagan el precio». «Literalmente, paga el precio, en forma de mayor inflación, especialmente en los precios de los alimentos, a medida que las sequías salvajes, los incendios forestales y las inundaciones arrasan con la producción de alimentos. Hay que darle la vuelta a este guion», apostilló. Stiell instó a los países a contar con planes nacionales de adaptación climática sin ignorar al «elefante en la habitación», que es la «gran brecha financiera» existente en la actualidad. «Los costes de adaptación se están disparando para todos, especialmente para los países en desarrollo. Sus costes podrían aumentar a 340.000 millones de dólares al año en 2030 , alcanzando hasta 565.000 millones de dólares al año en 2050», dijo, antes de agregar: «Estas cifras son la diferencia entre la seguridad y los desastres que destruyen la vida de miles de millones de personas». Destacó que «casi la mitad de la población humana vive en puntos críticos de vulnerabilidad climática, donde las personas tienen 15 veces más probabilidades de morir a causa de los impactos climáticos ». En este sentido, destacó que «ya no podemos depender de pequeñas fuentes de financiación». «Necesitamos torrentes de financiación. Deben ser de fácil acceso, especialmente para los países más vulnerables, que a menudo se enfrentan a las mayores barreras». Stiell pidió a los bancos multilaterales de desarrollo que piensen más allá· de las donaciones y préstamos tradicionales. «Las organizaciones filantrópicas, el sector privado y los donantes bilaterales deben dar un paso al frente con la urgencia que exige esta crisis, sin aumentar la carga de la deuda de los países vulnerables. También debemos trabajar para reducir al mínimo las trabas burocráticas que tan a menudo se interponen en el camino», añadió.
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