Los aranceles impuestos por la Comisión Europea a los vehículos eléctricos procedentes de China han hecho que los fabricantes del Yang Tsé se planteen ubicar sus líneas de montaje en el Viejo Continente. Es algo que ya ha ocurrido con el grupo Chery, que ensamblará sus Omoda y Jaecoo en Barcelona, usando las antiguas instalaciones de Nissan. BYD ya ha afirmado que pretende construir una nueva planta en Hungría; Leapmotor, del grupo Stellantis, lo hará en Polonia y Zeekr, del Grupo Geely, está estudiando usar alguna de las localizaciones de otras marcas de su matriz, como Volvo. Europa está intentando proteger su industria automovilística ante un rival que le saca ventaja en el desarrollo de la tecnología cero emisiones. Sin embargo, los compradores no parecen muy interesados en este tipo de propulsores y el pasado agosto supuso el mayo retroceso en la venta de coches eléctricos desde 2017, con un 36% menos. Por ello, ha llevado a cabo planes de incentivar la industrialización de sus estados miembros, gracias a los Fondos Next Generation, un mecanismo de inversión para impulsar la economía después de la pandemia del Covid-19. Gracias a ellos en España se asentó la gigafactoría de baterías del Grupo Volkswagen en Sagunto o llegó Chery a producir en Barcelona. En contraposición, Bruselas también ha impuesto unos aranceles de hasta el 37,6% adicional al 10% que ya pagaban a los coches eléctricos chinos. Ambos bloques están en negociaciones antes de que ocurra la votación para hacerlos definitivos, que necesita la oposición de dos tercios de los estados miembros. En España, el embajador chino, Yao Jing, afirmó que existe la posibilidad de que la primera fábrica del Grupo SAIC –matriz de MG y el que más severamente se ha visto afectado por las tasas de la Comisión Europea– se instale en Aragón. Desde su punto de vista, Zaragoza presenta un gran atractivo para las empresas de energía y automoción, señaló en una jornada de cooperación científica y tecnológica en la ciudad. «Si Aragón tiene interés en tener esa fábrica, hablaremos sobre ello», afirmó. Una de las fortalezas de España es que se está consolidando como un país productor de vehículos eléctricos y, al gran tejido de industria auxiliar se está sumando empresas relacionadas con las cero emisiones. Logísticamente, está bien comunicado con los puertos atlántico y mediterráneo, y cerca del Reino Unido, un mercado clave para MG. En cambio, los rivales a los que se enfrenta nuestro país son Hungría y República Checa, mejor conectados con el resto de Europa a través de ferrocarriles y con un coste laboral considerablemente menor. Dentro de los planes del fabricante está el vender 250.000 unidades en el mercado comunitario en 2024 –en el acumulado hasta agosto, llevaban 161.059, un 16% más–, algo que legitimaría su decisión de producir en él. La decisión, según Europa Press, se tomará antes de que acabe septiembre.
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