Dos programas veteranos, exitosos en lo suyo, y dos formas muy distintas de enfrentar al entrevistado. Ambas fórmulas funcionan, pero son radicalmente distintas. Una de las claves reside en la gestión del invitado. En el caso de 'El Hormiguero', el invitado está cerrado tres semanas antes de que el programa se emita. El equipo de guionistas trabaja con una entrevista previa que se le ha realizado al invitado . «Está todo muy organizado y no depende tanto de la actualidad. Llevan tantos años que parte del éxito es esta fórmula cerrada de que la gente espera lo que va a pasar», explica Raquel Márquez, que ha sido guionista del programa durante cuatro años, durante una charla del sindicato de guionistas Alma. Una vez escritas las preguntas, llega el momento favorito del equipo: 'achistar' la entrevista. «La misma mañana toca meter chistes nuevos de actualidad. Hay un equipo de tres veteranos que saben hacerlo muy bien. Es una escuela de ego maravillosa porque no hay presión y normalmente no se acuerdan ni para bien ni para mal de todas las propuestas que has hecho y que no han salido», asegura entre risas. En el caso de 'La Revuelta', el equipo de Broncano trabaja de otra forma. «Me halaga que nos reconozcáis tanta profesionalidad, aunque siento decirte que no es así. Ojalá esto fuera éxito nuestro, pero en realidad no sabemos por qué funciona tan bien», reconoce Javi Varela, subdirector y guionista de 'La Revuelta. No cuentan con tanto tiempo para gestionar el invitado como en 'El Hormiguero' así que la forma de afrontarlo es distinto. Aquí funcionan también los chistes, pero de otra forma. «Todo lo que dé para chiste siempre es positivo». Para eso tienen los rótulos, un elemento que da mucho juego en cada programa. «Te permite añadir otra capa al programa». Mientras que Pablo Motos cuenta con un formulario para el programa con chistes incluidos, 'La Revuelta' escribe el guion de un programa «sin guion». «Es lo menos parecido a la televisión convencional que he vivido. El texto final nunca está escrito por un guionista. Las palabras siempre pasan por alguien y, en última instancia, por quienes las pronuncian. Los chistes no los escribimos nosotros, menos en los rótulos. Es responsabilidad de quién los dice», explica Varela. Cuando arranca cada emisión de 'La Revuelta' el equipo de guionistas cuenta con «documento vivo», es decir, una hoja de Word en el que van construyendo el programa conforme avanza. La forma de construir la entrevista del invitado es diferente como también lo es el modo de entrevistarlo. 'El Hormiguero' sigue contando con el clásico formato de pregunta respuesta, gestionado previamente por los guionistas. 'La Revuelta', en cambio, prefiere una conversación de cualquier asunto más allá de la promoción que venga a hacer el invitado. Es aquí donde también entra en juego otro factor diferenciador del programa: el público . Mientras que en el programa de Motos el público tiene una función de acompañamiento a lo largo de la emisión, en 'La Revuelta' se convierte en protagonista cada noche, algo que también da pie a una mayor improvisación. Y junto al guion, la entrevista y el público hay otro factor clave que diferencia a los dos programas: el directo. El equipo de David Broncano cuenta con al menos dos horas de edición posteriores a la grabación, ya que el programa se graba antes de que se emita. 'El Hormiguero', en cambio, juega con el tiempo y en apenas una hora tiene que dar paso a las secciones pensadas para cada día y manejar él mismo (o a través del 'pinganillo') los minutos. Y una vez terminados ambos programas, toca acudir a las audiencias, que dan pistas sobre las dos fórmulas de éxito. Hasta la pasada temporada, cualquier invitado de Motos podía hacer un gran dato, ahora marca la diferencia su perfil, que por lo que indican las audiencias, aquellos rostros que puedan valorar la actualidad como Vicente Vallés (17,9%) y Arturo Pérez Reverte (19,2%), así como las estrellas de Hollywood, que anunció recientemente la próxima visita de Hugh Grant, Patrick Dempsey o Aaron Taylor-Johnson. El público de Broncano no tiene tanta preferencia por el invitado, de ahí que Broncano no tenga la necesidad de anunciar qué invitado acude cada noche. Su público, simplemente, quiere a Broncano.
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