La vida, desde luego, nos ofrece estampas abracadabrantes, asombrosas. Lo de Errejón, por lo menos, nos brinda un contrapunto cómico que nos aparta de la tragedia, y necesitamos, desde el respeto y la prudencia, sin olvidar a los que sufren, sonreír ante una clásica melonada hispana protagonizada por un bocazas de extrema izquierda empantanado en la pringosa tela de araña de su cháchara tan insoportable como hueca. Lo dijo Tarradellas: «En política se puede hacer de todo menos el ridículo». El ridículo de Errejón , más allá de sus presuntos abusos de sobón irreverente, de rabero amateur o de lo que fuese, ha sido tan espectacular como maravilloso. Irrumpió frailuno para lavar nuestros pecados capitalistas y no es sino el... Ver Más
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