El proyecto La sequía: un oasis se estrena en el Festival Art Explora, que desembarca en Málaga con el primer barco museo del mundo y una amplia agenda cultural gratuita
Nunca pudo haber otro momento más oportuno para estrenar La sequía: un oasis. Porque la catástrofe causada por la DANA golpea desde la realidad “ecocida” de la que avisa esta investigación que usa el folclore como código: el control del agua y la extracción de recursos; esa ceguera desertifica, degrada el medio ambiente, aumenta las temperaturas y esa espiral retroalimentada desemboca en una incontrolable crisis climática.
“Hay una terrible coincidencia con el empezar de este espectáculo” que reflexiona sobre “cómo nos preparamos emocionalmente” para “inundaciones terribles como hemos visto y periodos de sequía que nos esperan y estamos viviendo”, en palabras del poeta y crítico Juan Benot, que dirige La sequía: un oasis. El proyecto presenta en escena a tres artistas flamencas, la cantaora Carmen Yruela, la guitarrista Carmen García y la bailaora Laura Guastini, con la colaboración del artista visual Pablo Caldera, y se estrena por primera vez en el Centro Pompidou de Málaga dentro del programa del Festival Art Explora.
“Ahora mismo estamos en un duelo oficial, pero llevamos mucho tiempo de duelo oficioso con nuestro clima”, enlaza Benot. La transformación del entorno, de los cauces y los pueblos sepultados bajo el agua, la España inundable y la acción violenta con la tierra y las gentes que la habitan, el ‘ecocidio’ –actos que causan daños graves y duraderos al medio ambiente–, están vinculados en el imaginario español al “milagro económico franquista”. Y en ese contexto “los pantanos de Franco son parte del trauma no hablado del país”, de la desmemoria, los bulos que conserva el franquismo sociológico y los falsos logros del dictador.
El drama, la solidaridad, la devastación, los centenares de muertos y desaparecidos, y la coincidencia con la obra, “no era lo esperado”. Cómo iba a serlo cuando La sequía arranca hace meses “como parte de una exploración colectiva sobre pensar juntas y en compañía cómo vivir este momento” de crisis climática. De ahí, desde el puro azar que certifica el problema global, la performance ahora “quiere servir también de acompañamiento”.
Crisis y pantanos“Los pantanos son un proyecto anterior al franquismo, desde el siglo XIX está esa propuesta que la República intentó poner en marcha y luego adoptó la dictadura con sus métodos, con una brutalidad increíble, no antes vista, con trabajo esclavo, inundaciones de pueblos con aviso mínimo…”, explica Juan Gallego Benot. “Lo terrible -continúa- es que la percepción de cómo tiene que ser una España moderna va atada a la idea dañina de renovación de la agricultura”.
Un cambio de paradigma “que es básicamente algo que estamos pagando ahora, incluso con lo de Valencia”, sostiene el Benot. “Cortar los cauces naturales de los ríos y atacar el modo de producir tradicional de muchos pueblos de España”, la obligación de asumir “un cultivo de regadío intensivo que daña no solo la estructura social e incluso de propiedad sino también las tierras, las erosiona y hace vulnerables a las catástrofes”, enumera.
El cambio climático desborda las escalas de los meteorólogos. El planeta está inmerso en una crisis que suma el calentamiento global, la desertificación, la relación con el agua potable… y la sequía persistente. “Ningún rincón del mundo está a salvo de las devastadoras consecuencias” de “la degradación ambiental, los desastres naturales, las condiciones meteorológicas extremas, la inseguridad alimentaria e hídrica, la disrupción económica, los conflictos y el terrorismo”, según Naciones Unidas.
“Sube el nivel del mar, se derrite el Ártico, mueren los arrecifes de coral, se acidifican los océanos y arden los bosques, está claro que no podemos seguir así”, ejemplifican, y ante el “costo infinito” llega “el momento de emprender audaces acciones colectivas”. Como rebusca La sequía.
“Queremos pensar más allá, con alegría, desde el flamenco, con ilusión, pero pensar más allá de estos huecos tan pequeños que nos han dejado imaginarios que tienen que ver con un pasado colonial o idílico, y con los pantanos, que además recientemente están siendo como glorificados”, esclarece Juan Gallego Benot.
La sequía trabaja un contexto histórico que discurre desde la relación con el agua potable al “milagro económico franquista”. La investigación cultural, que trae “el folclore como velo ideológico”, atraviesa un guión que rompe “esa cerrazón” a través de la guajira como cante de ida y vuelta contrapuesta a veces con los “cantes de trilla”, antiguas voces de las labores agrarias, o la seguidilla mojada por “documentos del NO-DO” y una catarsis que atraca en los “cantes de Levante, de las murcianas y cartageneras a los fandangos abandolaos de Málaga”.
Art Explora“Toda esta mezcla es un proceso de liberación progresiva de un imaginario que nos tiene encerrados”. Ahora llega a puerto con su estreno en el programa oficial de Art Explora. El festival desembarca en tierras malagueñas (hasta el 10 de noviembre) con una “potente” oferta “de artes vivas y la presencia del primer barco museo del mundo, el catamarán más grande jamás construido, con 47 metros de largo y capaz de albergar a 2000 visitantes por día”, apunta la organización.
La programación encauza una agenda cultural gratuita, comisariada por Rosa Lleó y Álex Martín Rod, que incluye actuaciones, conciertos, conferencias, danza, performance, proyecciones y sesiones de dj en distintos puntos de la ciudad. Ahí lucen nombres como Perrate, Yinka Esi Graves, Eduard Escoffet, Leonor Serrano, Isidora O’Ryan, Antonio R. Montesinos, Jumana Manna, Invernomuto, Maestro Espada, Ciervoss, Leonor Leal, Ikram Essaghir o Ivan L. Munuera, entre otros. El propio catamarán, ubicado en Muelle Uno, ofrece a bordo experiencias inmersivas y sonoras.
Con un concepto itinerante, la etapa de Málaga es la última escala de 2024 del Festival Art Explora tras surcar el Mediterráneo. En la ruta aparecen ciudades como Marsella (Francia), Tánger (Marruecos), La Valeta (Malta), Rijeka (Croacia), Atenas (Grecia)... El puerto de la Costa del Sol sueña “una ciudad de mar, cultura y aventuras”, señala el presidente y fundador de Art Explora, Frédéric Jousset. “Entendemos el Mediterráneo como un espacio que no se limita a ninguna frontera y en el que todas las causas están entrelazadas, desde la crisis climática, hasta la herencia colonial y la situación actual en Líbano y Palestina”, enlaza el comisario Álex Martín Rod.
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