El desbordamiento de las viviendas de uso turístico ha expulsado a los vecinos de las zonas con más demanda en las grandes ciudades. Sevilla es uno de los exponentes de esta situación, con barrios en los que estos pisos han ganado definitivamente la partida a las familias y les han obligado a un éxodo forzoso. El Casco Antiguo y Triana son los grandes ejemplos de esta deriva que ha empujado al Ayuntamiento a aprobar una normativa de regulación que impide la concesión de nuevas licencias en los puntos más saturados del mapa local. La fiebre por estos alojamientos se ha extendido como una gran mancha de aceite a la mayoría de municipios de la provincia sevillana. Sólo 16 pueblos sobreviven... Ver Más
abc.es