«La tapa es para España como el sushi en Japón»

La segunda jornada del XX Concurso Nacional de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid se desarrolla en la Cúpula del Milenio entre tensión y sabores deliciosos dispuestos a convencer al jurado. En el ecuador del concurso, este martes es el 'plato fuerte' de la cita, ya que durante el día se habrán presentado treinta de las 45 creaciones que participan en esta edición, que desvelará mañana al final de la tarde a sus favoritas. Chefs venidos de La Rioja, Girona, Madrid, Albacete, Castellón o cómo no, de la propia Castilla y León (en concreto de la ciudad del Pisuerga, que juega en casa) han presentado sus elaboraciones, conscientes del nivel de su competencia y de que todo el mundo sabe bien lo que se hace: «La tapa es para España como el sushi en Japón», compara Javier González, del restaurante Los Zagales. «A nosotros nos gusta nuestro trabajo, vivimos de las tapas y las hacemos todos los días desde hace 30 años , así que estamos como pez en el agua», ha referido el cocinero, momentos antes de presentar. La propuesta de la casa vallisoletana, 'Kojaz', es un 'chupachups' de paté de perdiz con vino oloroso y pistacho con un papel comestible, y cumple la tradición de jugar con ingredientes de la tierra, pero también con uno de los grandes ideales de este concurso: se come de un solo bocado. «El concepto de la tapa debía de ser algo que se comiera con las manos en dos o tres bocados y se ha hecho realidad», ha celebrado el presentador al dar comienzo a la primera sesión del día. En grupos de ocho y por orden, cada participante ha colocado frente a los jueces su pincho o tapa y, si bien es pronto para saber quién ganará, el comité que lo decidirá ha admitido una «mañana impresionante». «El nivel es estratosférico, estoy muy sorprendido con la calidad de estos pequeños bocados y estamos muy expectantes con lo que está aún por venir», ha reconocido el presidente del jurado y propietario del restaurante Atrio, Toño Pérez. «Va a estar muy difícil». De acuerdo está Carolina Álvarez, la jefa de cocina de Quique Dacosta Restaurante. «Están muy comprometidos con el resultado, trabajan muchas técnicas e intentan traer productos de allá de donde vienen», señala. Esa última es una de las preocupaciones de la chef mallorquina Antonia Massanet (Barefoot hotel), que ha acudido con 'Miel d'abeja', un nombre que se le da «a algo que está muy bueno» para una creación vegetariana con huevo, polen o jalea. «Nos gusta trabajar con cocina de aprovechamiento y con ingredientes del entorno y hemos decidido traer una apuesta que no es ni por carne, ni por pescado», explica la concursante. Es la cuarta vez que acuden a esta cita, «cada año más nerviosos, pero con mucha alegría». Y es que la originalidad está en el gusto, pero también en el emplatado . El de 'Cabeza de Vaca', la tapa de Alalunga Taberna Marinera (Gijón), aparece en manos de Luis Menéndez sobre un plato en forma de calavera vacuna realizado en 3D. La gallega Sheila Barbeito, de Roots Coruña ha ido aún más lejos, con su 'Calamero' cautivo dentro de una pequeña máquina recreativa de las de gancho. «Cuando estás en la infancia te gusta el juego, y hemos querido unir esa idea con el disfrute del comensal», comenta. Juan Carlos Jiménez, del también vallisoletano restaurante Azul Mediterráneo, acude con 'Lechazus Deliciosus', «una simbiosis de cordero lechal y níscalo» que añade curry tailandés y tendrá su propio caldo. Es la segunda vez que se presentan. «Es complicado agarrar premio porque aquí hay monstruos de la cocina, pero sobre todo siento más presión porque es en Valladolid», sonríe.

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