Tercermundismo a la vuelta de la esquina. Estampas sobrecogedoras que derrotan nuestro primer mundo de 'chaise longue', plasma rutilante, plataformas a tutiplén ofreciendo su sobredosis de teleseries y freidora de aire o no sé qué para despojar de molesta grasa los alimentos. Pero, frente al anquilosamiento de los de arriba, frente a su exasperante lentitud, los de abajo, o sea la gente, reacciona, afronta la tragedia y embarra sus pies. La gente, la genuina gente buena, no era esa masa borreguil que hubiesen deseado los sermoneadores de saldo de la nueva política. Hablaban de la gente porque necesitaban los votos que nacían de su dolor. El dolor sigue y seguirá presente , pero la gente se organiza gracias a líderes... Ver Más
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