Antes de convertirse en una figura controvertida de la política marbellí y la cara de la corrupción, Julián Muñoz vivió una vida relativamente tranquila marcada por sus negocios y su ambición por prosperar en una Marbella a la que se trasladó desde Madrid junto a su esposa Mayte Zaldívar . Ambos se conocieron en los años setenta y juntos decidieron buscar nuevas oportunidades en el epicentro del lujo en la Costa del Sol. Un ambiente del que estuvieron alejados los primeros años. Y es que la pareja empezó desde abajo, abriendo su primer bar , el 'Mayte I', que pronto se hizo popular por sus menús caseros y accesibles. El establecimiento se convirtió en un punto de encuentro y a la larga les permitiría ampliar el negocio abriendo también un segundo local, el 'Mayte Puerto' en Puerto Banús . Aquí empezó el despegue. Estar ubicados en la zona más exclusiva de Marbella les permitió hacer contactos, empezar a codearse con personalidades y recibir a los numerosos periodistas que en aquellos año cubrían las temporadas estivales en Marbella. El éxito de sus negocios los impulsó a integrarse plenamente en la vida social de la ciudad, algo que, sin duda, fue un trampolín para que Muñoz diera su siguiente paso: la política, universo al que entró respaldado por Jesús Gil. La figura del que en ese momento era alcalde de Marbella ya estaba envuelta en escándalos por aquel entonces. Aun así, Muñoz accedió en 1991 al Ayuntamiento, donde pasó de concejal de Fiestas a primer teniente de alcalde y finalmente a regidor en funciones tras la dimisión de Gil a raiz de su condena por el 'caso Camisetas'. A partir de ese momento, su vida tomó un giro drástico. La figura del empresario exitoso se transformó en la del alcalde que manejaba una ciudad turística en pleno auge. Fue en esa época, durante su etapa como alcalde, cuando arrancó su relación con Isabel Pantoja , que marcaría un antes y un después en su vida personal y política. El romance con la famosa tonadillera no solo impactó su matrimonio con Mayte Zaldívar, sino que también lo arrastró a una espiral de escándalos mediáticos que serían su perdición. El romance empezó en 2003 y terminó en 2009 tras pasar por platós de televisión, portadas y hasta por los tribunales. Pero, ¿cómo se conocieron el exalcalde y la tonadillera? En la cúspide de su carrera, Isabel Pantoja dio un concierto en Marbella en 1990, ante un Muñoz que ya entonces quedó prendado de la artista. Si bien, no fue hasta ocho años más tarde, en 2003 , cuando tuvo lugar su segundo encuentro, coincidiendo con una campaña de la cantante como imagen de Marbella. A partir de ahí empezaron a dejarse ver en público, incluso en presencia de Zaldívar, y comenzaron los rumores. Poco después se descubrirían sus primeros encuentros secretos en el apartamento que la cantante tenía en Guadalpín. Protagonizaron en la prensa un relato de amor al más puro estilo adolescente y de negar la mayor pasaron a aparecer juntos y confirmar su relación coincidiendo con el Rocío 2003, donde se mostraron muy enamorados. Tanto es así que adquirieron juntos la exclusiva casa Mi Gitana -ya desparecida- y Julián Muñoz fue el primer hombre que puso los pies en Cantora tras la muerte de Paquirri. Isabel se volvió el apoyo fundamental de Julián en los malos momentos, empezando por la moción de censura que lo sacó del Consistorio y supondría el principio del declive. A partir de ahí fue imputado en el 'caso Proinsa' , donde el fiscal pidió 18 meses de prisión y ocho de inhabilitación contra él y algunos ediles del antiguo GIL por autorizar una licencia de obras en 1999. También fue condenado a seis meses de cárcel y ocho años de inhabilitación para el empleo y cargo público por un delito urbanístico en el caso 'Banana Beach' y, más tarde, el 19 de julio de 2006 sería detenido en la tercera fase de la 'Operación Malaya' por presunto cohecho y malversación de caudales públicos. Un historial de corrupción que acabó con su carrera y su libertad una década después de que sus negocios y relaciones sociales lo catapultaran al éxito.
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