El barrio de Pino Montano sigue demostrando el profundo amor que profesa a la Virgen con el segundo traslado de la dolorosa desde la parroquia de San Francisco de Asís a la de Consolación. Esta nueva jornada continúa escribiendo páginas que podrían convertirse en las más importantes de su joven historia. Quedó atrás la parroquia de San Francisco de Asís, una iglesia de cuya existencia muchos desconocían hasta que llegó la Virgen del Amor. Ha sido una semana para enmarcar, marcada por el recogimiento y la oración de los hermanos, devotos y creyentes. Sin embargo, en tres semanas regresará a este lugar, pero ya en su paso de palio. Casi dos horas de traslado , pasando por uno de los centros de salud más grandes del barrio, uno de los más importantes de Sevilla. Un cortejo amplio y una nutrida participación, lo que anticipa una procesión extraordinaria que se prevé multitudinaria el sábado 18 de octubre. El Cuerpo de Bomberos estuvo presente, ya que la hermandad quiso rendir homenaje a estas personas que salvan vidas a diario y que mantienen una estrecha vinculación con la corporación. También estuvo presente la Policía Nacional, quienes portaron las andas de la Virgen del Amor, junto a miembros de la agrupación de la Encarnación de San Benito. Durante el trayecto, el capataz tuvo un bonito gesto al ayudar a una mujer mayor en silla de ruedas, colocándola delante de la Virgen para que pudiera ser llevada durante una parte del recorrido. Fue una muestra de generosidad, realizada con total naturalidad, que refleja el propósito de las imágenes y el deber de las personas. En torno a las diez y media de la noche, la Virgen del Amor entró en la parroquia de Consolación, el templo donde cada Viernes de Dolores hace estación de penitencia. Hubo una maniobra complicada, realizada a la perfección, para que la dolorosa pudiera bajar de las andas y acceder a un templo con puertas de reducidas dimensiones. Pasada la primera puerta , Delfín Gandiaga, uno de los priostes, retiró la presea de la imagen para facilitar el acceso a la iglesia. Fue un instante de emoción que nadie quiso perderse. Nuevamente, la colocó y la dolorosa fue situada en el presbiterio del retablo mayor, donde permanecerá hasta el sábado próximo, primero de octubre, para continuar evangelizando con María.
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