Me adelanto a los lectores que hayan pensado en un uso del presente como «imperativo» (como cuando se ordena a los niños «eso no se toca» o se avisa a los mayores que «con las cosas de comer no se juega»), que nada más lejos de mi intención. Además, de nada serviría. Aunque salta al oído de cualquiera que se pasee por Andalucía que no todos los hablantes, ni mucho menos, «alteran» y se «comen» en igual medida sonidos (no «letras», como a veces se dice), la «fama» sigue ahí. El segundo verbo, por cierto, es inapropiado, sobre todo el segundo, pues no conozco a nadie que haya tenido una mala digestión por haber «tragado» o «engullido» sonidos, simplemente no... Ver Más
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