Mbappé va por el camino acertado. Responde a todos en el Real Madrid con compromiso, la mejor actitud y un buen rendimiento goleador. No falló Florentino en su promesa de venir libre, se adapta a la necesidad que tiene Ancelotti de jugar como delantero y dejar la banda izquierda para Vinícius, es cuidadoso con los compañeros para no quitarles foco, atento con la prensa tras los partidos y empático con una afición exigente que tiene el anhelo de ver al nuevo Cristiano Ronaldo.
Lo que se puede decir de Mbappé, superado el mes de competición, es que está agradando. No es un futbolista que haya que descubrir, pero sí tenía cosas que demostrar. Lo más importante, para lo que se le fichó, y en donde están puestas las expectativas y las ilusiones, es en que el Real Madrid vuelva a tener a un delantero que se acerque o supere los 40 goles por temporada. Mbappé viene de marcar 44 goles la temporada pasada en una Liga que se considera menos competitiva que la española.
El último delantero que superó la barrera de los 40 goles en el Real Madrid fue Karim Benzema. Llegó a los 44 tantos hace tres temporadas, con unos registros que le llevaron a ser el máximo goleador de la Champions (15 goles), clave para ganar la Decimocuarta y la Liga. Sin Benzema se quedó Vinícius con la responsabilidad del gol y la mejor cifra del brasileño está en los 24 goles de la temporada pasada, que también fueron determinantes para ganar la Decimoquinta.
El refuerzo de Mbappé garantiza eficacia realizadora y pone al delantero ante el reto de ser el gran goleador. Para eso le guardaron el dorsal 9 durante la pasada temporada. "No tengo límites", dijo Mbappé tras marcar su primer gol en su primer partido con el Real Madrid y ganar la Supercopa de Europa. Aceptó el desafío de llegar a los 50 goles. La promesa tiene una gran dificultad. Es una cifra que en la historia del Real Madrid solo alcanza la media goleadora de Cristiano Ronaldo, con 450 tantos en nueve temporadas.
Mbappé y Vinícius chocan sus manos en un partido del Real Madrid. (EFE/Kiko Huesca)Kylian Mbappé va por buen camino, en cuanto a actitud y goles. Es el máximo realizador del equipo con 5 tantos en siete partidos y ha marcado en las tres competiciones (Supercopa de Europa, Liga y Champions). Con dificultades para acoplarse y combinar con Vinicius, con menos espacios para correr, esforzándose para irse al centro del campo a por el balón ante los problemas de construcción de juego del equipo, con el equipo partido y sin ser el primer lanzador de los penaltis. Mbappé se está vaciando por agradar y engordar sus cifras goleadoras en sus inicios en el Real Madrid.
La sorpresa con Endrick
La reacción de Mbappé al gol de Endrick contra el Stuttgart refuerza la actitud de humildad y perfil bajo que tiene el francés en el Real Madrid. Otro acierto. Mbappé esprintó en la última jugada del partido, se encontraba solo y el joven brasileño fue egoísta. No se la pasó al goleador del equipo, tampoco a Vinícius, situado en su costado derecho. Endrick se la jugó con un disparo de 30 metros, le salió bien y la reacción de Mbappé fue la de abrir los brazos. No para recriminar la acción del brasileño. Mostró su sorpresa por el descaro y la personalidad de Endrick.
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Esto en tiempos de Cristiano Ronaldo habría ocasionado un conflicto en el vestuario. Que un compañero y más un recién llegado, como es el caso de Endrick, no pasara un balón al portugués, estando en posición de gol, era motivo de enfado. Cristiano no lo ocultaba. Ponía malas caras, hacía aspavientos a los compañeros que le obviaban. Pero era Cristiano, el goleador.
Mbappé también es un recién llegado como Endrick. ¿La reacción del francés habría sido diferente de no haber marcado el brasileño? Pues no lo sabemos, pero tiene pinta de que, en este momento, no habría respondido como su ídolo Cristiano porque Mbappé tiene interiorizado que es el nuevo del equipo y se ha incorporado a un grupo de jugadores que la temporada pasada ganaron la Champions. Endrick es un novato, tampoco estaba en la plantilla, pero ni con esto Mbappé se permite ser más que el resto.
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