El letal terremoto de Marruecos fue la última demostración de un fenómeno todavía sin explicación científica definitiva: las misteriosas luces en el cielo que preceden a estas catástrofes naturales, a veces en forma de resplandores en el cielo, esferas de luz, llamas flotantes, haces de luz que salen de la tierra y nubes luminosas que pueden durar de unos segundos hasta decenas de minutos. A fecha de hoy, los científicos todavía no se ponen de acuerdo en el origen de estos extraños eventos lumínicos.
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“Definitivamente, las luces son reales”, dice John Derr, geofísico retirado que trabajó en el US Geological Survey, que confirmó la autenticidad de este fenómeno ampliamente documentado desde la era antigua. Derr —autor de varios estudios publicados sobre estas luces relacionadas con los terremotos— declaró a la CNN que ver estas luces depende de la oscuridad durante el seísmo y varios factores que favorecen su visibilidad.
No hay explicación clara
Según la captura de cámaras de seguridad y testigos en Oukaimeden —epicentro del terremoto— Marrakech y alrededores, las luces en el cielo fueron brillantes y azules, con algunos testigos describiendolos como una aurora boreal. Uno de los primeros registros proviene de estas luces se realizó en el terremoto de Sanriku, Japón, en 869, en el que los cronistas describieron "luces extrañas en el cielo". Las observaciones se repitieron en el terremoto de Kalapana, Hawaii, en 1975, el terremoto de Idu, Japón, en 1930, y más recientemente, el terremoto de 2007 en Pisco, Perú, y durante el terremoto que afectó a Turquía y Siria hace sólo siete meses.
Conocidas como EQL (siglas en inglés de ‘luces de terremoto’), el fenómeno lumínico sigue dejando perplejos a la comunidad científica. El último trabajo publicado en la revista científica Seismological Research Letters por el geólogo y su equipo estudió las evidencias de estas luces en 65 terremotos en todo el mundo ocurridos desde el año 1600. El estudio concluyó que el 80% de las luces ocurrieron en terremotos de magnitud 5.0 o superior y fueron observados hasta 600 kilómetros de distancia desde el epicentro. Curiosamente, la mayoría de fenómenos luminosos ocurrieron en terremotos lejos de los puntos de contacto de las placas tectónicas que suelen ser los escenarios principales de los movimientos sísmicos. Derr apuntó que las luces ocurren principalmente cuando el epicentro se localiza en valles que ocurrieron cuando la corteza terrestre se rompió.
Las luces del terremoto de Marruecos, afirma Derr, son similares a las de un terremoto en 2007 en Pisco, Perú. Según afirma a CNN el profesor de física Juan Antonio Lira Cacho —de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Perú— los fenómenos luminosos asociados a terremotos son ahora más fáciles de estudiar gracias a móviles y cámaras de seguridad: “Hace cuarenta años, era imposible. Si antes las veías, nadie creía lo que viste”.
Una de las teorías del origen de los EQL es que suceden cuando ciertos defectos o impurezas en los cristales de las rocas se someten a estrés mecánico provocado por el movimiento de tierra, generando electricidad. “Es como encender una batería, generando cargas eléctricas que pueden fluir fuera de las rocas estresadas”, afirma el colaborador de Derr y ex investigador del NASA Ames Research Center Friedemann Freund.
En 2014, el investigador Troy Shinbrot de la Universidad de Rutgers, afirmó que las luces se producían por la generación de electricidad de alto voltaje durante la fricción extrema de diferentes materiales, realizando una demostración en el que usó diferentes tipos de arena que imitan la composición de la corteza terrestre. Según Shinbrot, "cuando los granos se abrieron, midieron un pico de voltaje positivo, y cuando la división se cerró, un pico negativo". Esta grieta, dice, libera el voltaje al aire y crea la luz.
Otras explicaciones incluyen “la ionización del oxígeno a aniones de oxígeno mediante la ruptura de los enlaces peroxi en algunos tipos de rocas como la dolomita o la riolita, también debidas al alto estrés antes.” Estos iones también se desplazarían por la grietas hasta ionizar el aire hasta formar un plasma que provoca el EQL.
Existe también la teoría que el origen sean fuertes campos eléctricos por los movimientos tectónicos de capas de granito, que contiene cuarzo que actuaría como generador piezoeléctrico por la fricción. Otra teoría habla sobre rupturas repentinas en el campo magnético y la ionosfera en la zona del terremoto, “lo que resulta en los efectos de brillo observados, ya sea de la recombinación radiativa ionosférica a altitudes más bajas y una mayor presión atmosférica o como aurora.” Incluso hay una teoría que habla de la expulsión de gas radón durante el terremoto.
Sea como sea, la esperanza de Derr y otros en la comunidad científica es comprender estas luces y su origen para quizás usarlas como una herramienta predictiva para futuros terremotos.
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