Poco importaron los 34 delitos relacionados con falsificaciones en registros contables, ni el aún más grave caso de abuso sexual por el que fue obligado a pagar una multa de cinco millones de dólares. Donald Trump logró crear en torno a su persona un culto cuasi religioso que lo inmunizó contra el juicio moral y la crítica de sus seguidores. Con él, las ideas y valores republicanos pasaron a un segundo plano. Mucho más importante resultó ser la marca personal, su carisma, el fanatismo que despertaba y que le permitió imponerse al veredicto de los tribunales y de los medios más influyentes. Trump convenció a sus seguidores de su infalibilidad y sinceridad, o incluso de algo aún más complejo: de... Ver Más
abc.es