Los padres consideran que son los causantes del acoso escolar que ejercen sus hijos

Educación . Esta es la clave con la que se puede prevenir el acoso escolar . Así lo creen, al menos, 3 de cada 5 padres, según desvela el V Estudio sobre la percepción del bullying en la sociedad española , elaborado por Totto y Educar es Todo, con motivo del Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar , que se celebra el jueves 7 de noviembre. Los datos son preocupantes porque han aumentado los casos de acoso entre los menores de 5 a 18 años: el 24,7% declara haber sufrido acoso, un porcentaje que se situaba en el 23,2% en 2023 y 21,8% en 2022. Es decir, prácticamente 1 de cada 4 menores declara haber sido víctima. De hecho, el 30% de los españoles asegura que sus hijos han sufrido acoso escolar, siendo los propios niños quienes se lo han contado. Como dato relevante cabe destacar que los niños acosados declaran que, durante el episodio de acoso escolar, recibieron el apoyo de sus progenitores (86,4%), seguido del apoyo de sus amigos (65,4%), y solo el 36% de los acosados recibieron el apoyo de la institución educativa y el 46% de su profesor (46,2%). A la pregunta de si ellos han acosado alguna vez a alguien, el 80% de los niños declara que nunca, pero un 30% en alguna ocasión ha insultado, se ha burlado o ha tirado objetos a algún compañero . Además, un 9% ha insultado por internet y un 8% ha subido fotos o videos a redes sociales o WhatsApp sin su consentimiento. El estudio, que cuenta con la opinión de 1732 menores, padres y docentes, desvela también que 3 de cada 5 progenitores consideran que son ellos los causantes de que sus hijos acosen . Por ello, consideran que educando en la empatía y el respeto en casa se podría prevenir. De forma complementaria, casi 8 de cada 10 progenitores piensan que son ellos mismos quienes más pueden hacer para erradicar el bullying . Los docentes piensan lo mismo: es en casa donde más se debe hacer (89'2%). De acuerdo con los datos del informe, aumenta también el porcentaje de niños que han presenciado algún tipo de acoso (40%), sin embargo, cada vez prefieren meterse menos y mantenerse al margen (46'3%). Llama la atención atención que un 17,7% de los progenitores (2023, 14'8%) piensan que su hijo es capaz de acosar. Esta cifra se eleva al 20% en el caso de los padres de menores de entre 5 y 9 años. Sólo el 9% ha tenido constancia de acoso a otros compañeros por parte de sus hijos. La presión del grupo de amigos (89,0%); los valores que se transmiten desde la propia sociedad (88,5%); la falta de respeto a las diferencias (87,1%) y la falta de gestión emocional en la resolución de conflictos (86,5%) son, para los adultos, los principales aspectos que más influyen a la hora de que se produzca acoso escolar. La presentación del estudio, que ha tenido lugar este miércoles en en el CaixaForum de Madrid, ha contado también con la intervención de la psicóloga Diana Jiménez , que ha explicado cómo los diferentes estilos educativos (permisivo, autoritario y democrático) pueden fomentar o reducir el bullying en nuestra sociedad. «Los padres tenemos un papel protagonista y eso es una buena notica porque está en nuestras manos. Somos agentes de cambio», ha explicado Jiménez. «Pero, al mismo tiempo, es doloroso -ha dicho- porque a veces queremos mirar hacia otro lado». Cómo actúe un menor es algo que conviene analizar pero poniendo el foco en el adulto, «tal y como Alfred Adler , padre de la psicología positiva , nos ha enseñado». En este sentido, la experta ha recordado cómo muchas veces los insultos o los motes vienen de la propia casa. «Frases como ¿eres tonto?, ¡no hay quien te aguante! son muy comunes en los hogares. Los padres tenemos que plantearnos qué tipo de entrenador queremos ser con nuestros hijos». Así, ha recordado cómo el estilo autoritario se caracteriza por «niños que no tomas buenas decisiones» y ha recordado que el estilo democrático «es el que ha demostrado que más ayuda porque inculca valores como el respeto, la responsabilidad, la coherencia, la empatía… poniendo, a su vez, límites». A lo largo del estudio, se han formulado preguntas tanto a madres, padres, docentes, como a menores, sobre las medidas que piensan que pueden ayudar a erradicar el bullying: establecer protocolos claros para detectarlo de forma temprana y para actuar una vez producido; priorizar el diálogo y la resolución conjunta; buscar y comprender las razones detrás del comportamiento de los acosadores; centrarse en estrategias y programas que eviten el acoso antes de que ocurra y concienciar al alumnado sobre las consecuencias, fueron las más repetidas. Las nuevas tecnologías también han sido analizadas en el estudio, pues el ciberacoso amplifica el acoso. La inteligencia artificial (IA) de código abierto ha sido la gran revolución tecnológica del último año, pero la posibilidad de usarla de una forma indebida genera miedo en madres, padres y docentes. En este sentido, más del 60% de progenitores y del 70% de docentes tienen mucho o bastante miedo del acceso que puedan tener los niños a esta nueva tecnología, que puede provocar nuevos sucesos como el de Almendralejo . «La IA tiene la capacidad de hacer real lo que es falso», ha recordado Laura Davara , experta en redes, IA y menores, que ha insistido en «la gran responsabilidad» que los progenitores tienen a la hora de usar una tecnología que «si bien puede utilizarse para identificar el acoso, es también capaz de silenciarlo». «Otra forma de hacer bullying de la que no somos conscientes, es colgando fotos de nuestros hijos en las redes sociales», ha añadido Natalia Díaz , más conocida en redes como @medianoche.tube, activista por los derechos de la infancia y precursora del movimiento antisharenting en España. Según un estudio de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), el 72% del material incautado a agresores sexuales penados son imágenes cotidianas de menores no sexualizadas. «Exponemos a nuestros hijos con la mejor de las intenciones -ha explicado- pero no sabemos dónde acabarán sus imágenes: en una red pedófila o en manos de un acosador. Nuestros hijos tiene derecho a la intimidad, a ser protegidos. Reflexionemos en por qué lo hacemos, si es necesario y si esa publicación puede perjudicar o no a nuestro hijo», ha concluido.

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