El boom inmobiliario de los últimos tres años ha llevado los precios a máximos históricos en Madrid, aupados por su condición de ciudad idónea para la inversión en este sector. El metro cuadrado se situó en junio en 4.514 euros, tras aumentar un 12,4% en el último año y marcar así un nuevo récord, según Idealista. Los expertos del sector ven improbable que bajen a corto o medio plazo . Ignacio Martínez Guisado, director de promociones de Gilmar en Madrid, destaca dos factores principales como las razones detrás de esta situación: la alta demanda y la insuficiente oferta de viviendas disponibles. Así lo subraya Martínez Guisado: «En primer lugar, la demanda en la capital española sigue siendo extraordinariamente alta. La ciudad no sólo atrae a ciudadanos nacionales que buscan empleo o calidad de vida, sino que también ha captado la atención de inversores internacionales y de nuevos residentes extranjeros ». De hecho, el Instituto Nacional de Estadística (INE) prevé un notable crecimiento demográfico en Madrid. Según sus proyecciones, la población de la región aumentará de los 6,7 millones de habitantes actuales a 7,8 millones en 2037, lo que incrementará aún más la demanda de vivienda en los próximos años. El problema de la escasez de vivienda es claro en el mercado de segunda mano, pero es aún más evidente en el de obra nueva. La construcción de vivienda nueva en Madrid enfrenta numerosas barreras, desde la disponibilidad limitada de suelo edificable hasta los estrictos trámites burocráticos. A pesar de los esfuerzos por aumentar el parque de viviendas, la realidad es que el número de proyectos de construcción no es suficiente para compensar la demanda, lo que lleva a un aumento constante de los precios. «Hay muy poco suelo disponible en Madrid, dentro de la M40 prácticamente nada. Nosotros tenemos la suerte de contar con varias promociones ahora mismo, pero no es lo habitual y vuelan», explica Martínez Guisado. La inmobiliaria ha lanzado la promoción The Homie Concept, cuyos precios van desde los 135.700 euros, a finales de mayo en el Salón Inmobiliario de Madrid (SIMA) y en tan solo dos meses han vendido la primera fase, con la segunda fase a la venta desde finales de este mes. Otros ejemplos de las promociones de obra nueva disponibles en Gilmar incluyen Residencial Avenida de América, enfocada a cliente finalista, con viviendas de gran formato (desde 841.000 euros), de 2 a 4 dormitorios, y amplias terrazas, jardines y azoteas. Martínez Guisado asegura que «el mercado es increíblemente dinámico, en dos meses hemos vendido el 75% de la promoción». SC90 y ASA5 son ideales para inversores, incluyen estudios y pisos de 1 y 2 dormitorios. Desde 279.700 euros y 447.700 euros respectivamente. Para los que buscan el lujo y la tranquilidad, la inmobiliaria ofrece Pico Milano. 15 villas premium en Mirasierra con vistas a la sierra madrileña, de las que quedan tres unidades disponibles. Viviendas construidas en parcelas de 750 a 950 m2. Disponen de 4 dormitorios en formato suite y tres ambientes sociales bien diferenciados en la planta noble, azotea y sótano, además de una piscina tipo infinity. Desde 2.900.000 euros. Madrid se ha convertido en un imán para trabajadores remotos, especialmente tras la pandemia, y para inversores que consideran la vivienda en la ciudad como una inversión segura y de alto rendimiento . Este fenómeno ha llevado a una creciente competencia por la compra y el alquiler de inmuebles, especialmente en zonas céntricas y bien comunicadas, como Salamanca, Chamberí y Chamartín. Los bajos tipos de interés de los últimos años han impulsado la compra de inmuebles como activos financieros, reduciendo aún más la oferta de vivienda disponible para quienes buscan residencia principal. La combinación de una demanda sostenida, impulsada por el crecimiento demográfico, y una oferta limitada sugiere que los precios de la vivienda en Madrid seguirán siendo elevados. Aunque algunas voces apuntan a la necesidad de implementar políticas públicas que faciliten la construcción de nuevas viviendas, lo cierto es que las soluciones a este problema estructural parecen lejanas. Los ciudadanos que buscan comprar o alquilar en la capital tendrán que enfrentarse, al menos en el corto plazo, a un mercado inmobiliario competitivo y caro.
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