La Casa Real noruega enfrenta uno de sus momentos más complicados debido a los problemas personales de Marius Borg Høiby (27 años), hijo de la Princesa Mette-Marit (51 años), quien ha sido señalado en un escándalo que ha puesto en alerta a la opinión pública y ha llevado a la familia a tomar medidas drásticas. Marius fue arrestado en agosto por presuntos abusos y recientemente se ha trasladado a un centro de rehabilitación en Londres para enfrentar su adicción a las sustancias. El Príncipe Haakon (51 años), quien ha asumido el rol de padre para Marius, interrumpió sus compromisos oficiales para acompañarlo a la capital británica, un movimiento inusual que generó especulación en Noruega. Según reportes, Haakon y su hijastro fueron vistos abordando un vuelo comercial hacia Londres el pasado 7 de noviembre. Al día siguiente, Mette-Marit se unió a ellos, dejando claro que, a pesar de sus problemas de salud, su prioridad es apoyar a su hijo en este proceso difícil. La revista noruega 'Se og Hør' fue la primera en divulgar estos detalles y ha asegurado que la princesa y su esposo fueron vistos en un centro comercial junto a Marius, aunque el palacio mantiene un silencio sobre estos eventos, alegando «razones privadas». La salud de la princesa ha sido un tema constante de preocupación desde que, en 2018, se le diagnosticara fibrosis pulmonar, una enfermedad crónica que la ha obligado a reducir sus apariciones públicas. Aun así, su determinación para estar cerca de su hijo durante su rehabilitación demuestra el fuerte lazo familiar que mantiene, a pesar de la compleja situación. Sin embargo, la gravedad de las acusaciones contra Marius ha llevado a Mette-Marit a tomar decisiones duras, como prohibirle residir en la finca familiar de Skaugum, lo que ha sido interpretado como un intento de proteger la imagen de la realeza. El abogado de Marius ha confirmado que el joven está comprometido en su rehabilitación , mientras que el propio Marius expresó hace semanas su voluntad de «ser responsable» por sus acciones, aunque, según la prensa noruega, ha violado varias veces la orden de alejamiento contra su expareja. Este comportamiento ha generado malestar en la sociedad noruega y críticas al trato de favor que habría recibido por su relación con la realeza. La situación sigue siendo tensa, y los medios en Noruega no han dejado de señalar la aparente contradicción entre las declaraciones de la policía y el palacio, lo que ha generado una creciente desconfianza . Con un juicio pendiente y la atención pública centrada en la Casa Real, esta crisis es una prueba para la familia, que intenta mantener la unidad mientras Marius atraviesa un delicado proceso de recuperación.
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