La calamidad que ha sufrido la Comunidad Valenciana es evidente, aún supura con virulencia, pero una semana después de que el agua arrasara con todo, al menos comienzan a surgir algunos brotes verdes. En las localidades más cercanas a la capital, como Benetúser , emergió por primera vez el asfalto en algunas de sus calles gracias a los grandes esfuerzos vecinales y a la maquinaria pesada del ejército. Incluso a alguno le dio por colorear el soleado día con una paella que atrajo a decenas de vecinos y voluntarios con su magnético aroma. Esta es una realidad que da esperanza, pero no es generalizada. Hay que ir más al sur, donde aún no ha llegado la caballería, para percatarse de... Ver Más
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