Más de un centenar de personas mayores de setenta años perdieron la vida hace dos semanas con el paso de la DANA más mortífera y cruel del siglo por la provincia de Valencia. Las cifras proporcionadas por el Centro de Integración de Datos (CID), un organismo formado por la Oficina Forense y una Oficina de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, apuntan a que de las 216 personas fallecidas en el levante, 131 son hombres y 85 mujeres.
Las personas mayores son las más afectadas. Los problemas de movilidad junto a la menor resistencia al frío, a las hipotermias y a las situaciones críticas son algunos de los motivos que explican las altas cifras de mortalidad en esta franja de edad, según explica a El Confidencial el servicio de Emergencias de la Generalitat Valenciana, aunque señalan que aún no disponen de un informe al pormenorizado. Además, el 112 señala otra posible causa: las plantas bajas, generalmente escogidas por los ancianos, ya que favorecen la accesibilidad, se convirtieron en ratoneras ante la brusca entrada del agua. En este sentido, coincide el concejal de Urbanismo de Sedaví, Juan José Campayo, quien confirma que el agua llegó a alcanzar 1,7 metros de altura en las plantas bajas, elegidas por personas de avanzada edad por su comodidad.
El grueso de las víctimas mortales se concentra a partir de los setenta años, 104 personas en total que no solo han perdido la vida en sus domicilios, sino también en residencias. La DANA ha afectado a 6.655 personas que vivían en 82 centros de la zona que han quedado devastadas, según datos de la Conselleria de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda de la Generalitat.
En la residencia de Paiporta, en la noche del 29 de octubre se vivieron momentos de angustia y terror cuando el agua "entró como un torrente", sorprendiendo a los ancianos en el momento de la cena. Gracias a las trabajadoras del centro la mayoría pudo salvarse, pero aun así, seis personas fallecieron. Además de las vidas perdidas, los ancianos que sobrevivieron en muchos de estos lugares viven ahora aislados sin poder reencontrarse con sus allegados por el corte de las carreteras, según explica un familiar de un residente del centro de Massanassa. Asimismo, Juan José Campayo precisa que las personas mayores que han sobrevivido en su localidad se enfrentan ahora a una "vuelta a la normalidad" mucho más complicada, porque han perdido todos los recuerdos de una vida.
Al ampliar la franja de edad a los 50 años en adelante, los registros crecen exponencialmente. 8 de cada 10 muertos por la DANA superaba esa edad, como se observa en el gráfico.
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