Mayte Zaldívar , la esposa despechada que contó en televisión cómo Julián Muñoz llevaba dinero a casa en bolsas de basura

La de Julián Muñoz y Mayte Zaldívar no fue una historia cualquiera . Probablemente fue el resultado de una época muy característica de España y un entorno notablemente enloquecido que tuvo su epicentro en Marbella . Aquí hay de todo: amor, pelotazos, traición, juicios, cárcel, cáncer, reconciliación y descanso en paz. Fue en mayo de este año cuando los seguidores de la crónica rosa se quedaron con los ojos como platos al conocer el bombazo : Julián Muñoz se casaba con Mayte Zaldívar 17 años después de un turbulento divorcio con la alargada figura de Isabel Pantoja por medio. Fue un movimiento tan extravagante como consecuente con la peculiar personalidad de la pareja. Simplemente, y tal como ellos mismos explicaban en su última entrevista para televisión, el excalcalde quería ajustar cuentas con su conciencia e irse en paz. Y Mayte (nuevamente) dijo sí. Los dos s e conocieron en aquel Madrid golfo de los 70 . Recién llegada de Castellón, Mayte tenía entonces 22 años y trabajaba como camarera de un club de striptease llamado Poupee («muñequita» en inglés) mientras intentaba conseguir papelitos como actriz de cine de destape, una más de las muchas reacciones singulares que ofrecía el país a la muerte de Francisco Franco. Resultó que en ese ambiente cañí Mayte Zaldívar y Julián Muñoz se enamoraron locamente para unir sus destinos. Para siempre. Lo de Madrid solo había sido un sueño roto y ambos decidieron comenzar una nueva vida juntos en San Martín de Valdeiglesias, en Ávila, la ciudad natal de él. Eran tiempos de modestia, frustración e incertidumbre para ellos, pero también de amor auténtico. Se casaron y tuvieron una hija, Elia. Mayte ya había aportado a la familia una hija más, Eloísa, fruto de una desordenada relación anterior, y a la que Julián crio como propia. Ambos trabajarían como camareros en jornadas interminables mientras Mayte se sacaba un necesario dinero extra como asistenta de hogar. Se iban a la cama reventados, pero felices. Sin embargo, Ávila no satisfacía sus ambiciones, nada pequeñas, y a comienzos de los años 90 les hablaron de un lugar emergente donde a poco que se conociera a gente uno podía abrirse paso hacia el éxito. Era Marbella. Cogieron las maletas y lo poco que tenían para viajar a esa ciudad donde los sueños se hacían realidad si alguien estaba dispuesto a seguir caminos poco ortodoxos. Una vez instalados en allí, abrieron un local y comenzaron a conocer a gente. No era algo que le costara a Julián Muñoz, puro encantador de serpientes, hábil conseguidor y profundo confidente. Una cosa llevaría a la otra y de la hostelería pasaría a la política . Porque así era Marbella. Primero fue el PSOE y luego la independencia, o parecido. Y ocurría que Julián Muñoz sabía estar en el sitio adecuado en el momento correcto. Jesús Gil dimitió como alcalde en abril de 2002 y Julián Muñoz fue nombrado primer edil . Qué tiempos para la pareja, con una Mayte Zaldívar presumiendo de marido, dinero y alegría. Marbella y los sueños cumplidos. Y fue entonces cuando aparece en la vida (de ambos) Isabel Pantoja . Gran fan de la tonadillera, Julián contrata a la reina de la copla como imagen de Marbella, se hacen ojitos, surgen los rumores y Mayte Zaldívar se tapa los oídos con los billetes que saca del banco hasta que de tanta humillación la excocinera se ve obligada a confirmar a Canal Sur que le han puesto los cuernos. Pocos días después, Isabel y Julián hacen el Camino del Rocío como estrellas de la farándula y convertidos en pareja oficial. «Fui un sinvergüenza, engañé a Mayte con Isabel hasta delante de nuestro nieto», diría después de exedil. Mayte Zaldívar reaccionaría fiel a su incuestionable arrojo : se hizo estrella de la televisión, colaboró con decenas de programas, ofreció visibilidad a su imagen de amante despechada y comenzó a soltar los tejemanejes y corruptelas de su marido, las famosas bolsas de basura que llegaban a su casa llenas de dinero. Porque lo sabía todo. Era el 29 de enero de 2004 , y, en conexión desde Marbella, Zaldívar narró en el programa 'A tu lado' de Telecinco algo que terminó por llevarla a prisión. «Es un dinero que había en casa. Él me decía que era normal . Unas comisiones de obras, y me lo comentaba cuando venía con las bolsas . «Toma, esto es de una comisión de unas obras. Guárdalo, no lo podemos poner porque funciona todo el mundo igual». Se repartían así y son legales» , narró Zaldívar. Luego empezó a hablar de los colores de las bolsas en que llegaba el dinero hasta su hogar, para recordar «Si él me dice que son comisiones de obra y en Marbella se hacen obras cada medio mes, se hace cada medio metro una obra». «El coche que me regaló a mi Julián Muñoz, que es Mercedes negro, nuevo, que no es de segunda mano, que vino de Alemania, sí que se acerca a los veinte millones de pesetas». Fueron sus palabras las que ayudaron a destapar definitivamente la Operación Malaya que años después enviaría a prisión a los tres protagonistas de este alucinante triángulo sentimental. Y ocurrió que Julián Muñoz dejó de recibir cartas en prisión y que Isabel Pantoja no quiso volver a saber nada de él . Llegaron poemas escritos desde un jergón, la depresión y el inmisericorde peso de la conciencia. «Mi paso por la vida de esa señora fue nefasto. Yo no he sido feliz con esa persona. No guardo un buen recuerdo», confesaría años después. Falta el girito final, lo que nadie vio venir y que convierte esta historia de amor en memorable. Resulta que Mayte rehace su vida al lado de un apacible varón llamado Fernando Marcos , que Julián sale de la cárcel y pasa varios años con una mujer llamada Karina Pau, que aquella historia no funciona, que el exalcalde comienza a tener problemas de salud, que le diagnostican un cáncer, que toda su vida pasa por su cabeza, que necesita saldar cuentas con su pasado, que quiere a Mayte Zaldívar... El final es el que todos ya conocen. Mayte Zaldívar se traga su orgullo y acepta volver a la vida de su ex, abnegada mujer como es, para ayudarle a expiar culpas y cuidarle en su último trayecto. Él necesita casarse con ella, Fernando Marcos lo acepta, sellan su nuevo matrimonio en una reboda, ya con el exalcalde muy enfermo, y Mayte pasa a ser de nuevo su querida mujer. Hasta el final.

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