La Europa de los años treinta era una heredera directa del Tratado de Versalles . La puñalada moral que supuso para Alemania la pérdida de una franja de su territorio en favor de Francia, así como la evidente derrota en la Gran Guerra, convirtieron a las dos potencias en enemigas de hecho y de derecho. Y los galos movieron ficha en primer lugar con la construcción de la Línea Maginot , un entramado defensivo de 400 kilómetros en su frontera este. Tras su inauguración, los germanos respondieron en 1936 con el diseño de su propio complejo para cubrir el frente occidental en caso de guerra. Hitler, ya Canciller, exigió que fuese «inexpugnable». Así fue alumbrado el proyecto de la Muralla... Ver Más
abc.es