Militares y científicos, las últimas dianas de la ofensiva del PP para salvar a Mazón

A pesar de los comentarios anónimos de dirigentes del PP aparecidos en prensa sobre el escaso futuro político de Mazón, Feijóo ha decidido prestarle en público todo el apoyo que necesite, aunque haya que incluir ataques al Ejército o al CSIC

Feijóo avala las explicaciones de Mazón y carga contra el Gobierno por su “indolencia manifiesta” en València

La tragedia de la DANA se ha llevado muchas cosas por delante. En el Partido Popular, están dispuestos a subirse a esa ola destructora. Este fin de semana, su cuenta de Twitter hizo algo que no es nada habitual en el partido: acusar directamente a un alto mando militar. Hay tabúes que por una razón u otra se mantenían incólumes, pero el apoyo a Carlos Mazón exige eliminar cualquier complejo o costumbre. Había que desprestigiar al jefe de la UME, el general Francisco Javier Marcos, por haberse atrevido a afirmar que la unidad de emergencias estaba en marcha con trabajos preparativos incluso antes de recibir la orden del Gobierno valenciano de desplazarse a la zona de Utiel-Requena. El objetivo: pintarlo como una marioneta del Gobierno que no es creíble.

Si ni siquiera el Ejército es sagrado desde el punto de vista de la derecha, otras instituciones u organismos ya pueden prepararse para encajar el tipo de tratamiento que han sufrido la AEMET y la Confederación Hidrográfica del Júcar. Ahora le ha tocado el turno al CSIC. Que no se crean esos científicos que se iban a librar. Ni siquiera se requiere que alguna de sus declaraciones se contradigan con lo anunciado por Mazón. No se desdeña el valor propagandístico de sus actos en el intento de presentar al líder del partido en la Comunidad Valenciana como una víctima de los manejos oscuros de otros.

El Gobierno de Mazón comunicó a Las Provincias una gran exclusiva que el diario conservador subió a su portada este lunes: “El Gobierno quiere cobrar por analizar los lodos de la DANA”. Había recibido un informe del CSIC en el que proponía realizar una investigación de los lodos que deben retirarse de las localidades afectadas con vistas a su traslado a una zona donde no tengan un impacto negativo. El informe detallaba el gasto previsto, 320.000 euros. En ningún momento, se decía quién debía abonar esa cantidad, y ya se sabe que la Administración suele ser bastante explícita cuando quiere que se le pague algo.

Sin que se conozca si la interpretación es del Gobierno de Mazón o del periódico, el artículo no tenía dudas: “El dato sólo puede haberse incluido con la obvia intención de que se abone su coste”. En palabras de una diputada del PP: “Si quieren más recursos, que se los paguen”. Un mensaje con el que abonar la teoría de que el Gobierno de Pedro Sánchez ha abandonado a los valencianos y que fue retuiteado por la cuenta del partido.

El CSIC se vio forzado a desmentirlo el lunes. No va a facturar a la Generalitat ni a ninguna otra Administración por la labor de asesoramiento que pueda llevar a cabo, como no lo hizo después de la erupción del volcán de La Palma. Sobre el informe de los lodos de la DANA, dijo que costará en total unos 900.000 euros, “un coste que, de nuevo, asumirá íntegramente”.

Por muchos actos de contrición que estén haciendo de forma anónima dirigentes nacionales del PP sobre la escasamente defendible conducta de Mazón, en público salen de casa con el puñal en la mano. ¿Militares y científicos? Seguro que están envenenados por el virus del sanchismo.

En la ofensiva para salvar a Mazón, Alberto Núñez Feijóo juega un papel esencial. Después de muchas dudas, acabó por resignarse a entregar en público todo su apoyo a Mazón, incluso cuando ya se sabía de las tres horas de comida en el día de la tragedia. “Mazón ha estado desde el principio, ha dado la cara desde el primer instante y es el único que ha hecho autocrítica”, dijo la semana pasada.

Luego, vino la comparecencia de Mazón en Les Corts y ya se vio que de autocrítica había poco, porque toda la culpa la tenían los demás. Este lunes, en un discurso en la Junta Directiva Nacional del PP, Feijóo incluyó unas palabras que muchos medios destacaron como crítica a su compañero de filas: “La confianza, cuando se ha resentido, hay que volver a ganarla”. Es una frase que podría encontrarse en un libro de citas y máximas filosóficas. Es todo lo que el presidente del PP tenía que decir en tono negativo sobre un Gobierno como el valenciano completamente superado por los acontecimientos.

No se dio tanto énfasis a lo que dijo inmediatamente antes. “Tenéis que seguir dando la cara, ayudando al pueblo, escuchándolo porque la rabia y la decepción hay que entenderla, dando explicaciones, reconociendo errores...”, y otras cosas más que pretendían ser elogiosas hacia el PP valenciano. Y la frase que lo cerraba: “Este es el camino que habéis seguido hasta ahora y el que debéis continuar”. En definitiva, ya lo estáis haciendo muy bien.

El PP no quiere que se hable de lo que pasó el 29 de octubre, de los avisos meteorológicos que recibió Mazón y a los que no prestó la atención necesaria, de su comida de tres horas para atar en corto el futuro de A Punt, de su falta de comunicación con alcaldes de las zonas afectadas, de su llegada con gran retraso a la reunión de la Cecopi y de la tardanza en lanzar una alerta a todos los móviles que podría haber salvado vidas. Su prioridad es que sólo se hable de Teresa Ribera, de la que no se había acordado hasta una semana después de la riada.

Para Feijóo, hay un nubarrón que empieza a acercarse. Óscar Puente no se ha cansado de su lado bueno, ese que explica sin aspavientos y en detalle cada avance en la reconstrucción de carreteras y vías, pero ya ha comenzado a asomar su lado salvaje. Hay ministros que soplan y soplan y sólo levantan una pequeña brisa. Puente pega un resoplido y ya tienes un huracán de categoría uno.

En una entrevista en RNE, el ministro dudó de la credibilidad de Mazón en sus versiones sobre la comida de tres horas: “No voy a entrar en el papel que ha jugado cada uno, pero incluso hay quien, estando al máximo nivel de responsabilidad de la crisis, durante cuatro horas no se sabe dónde estuvo”, dijo. “Sí, se sabe”, le comentó el periodista. “Se sabe su versión. Otra cosa es que nos la creamos o no”, respondió Puente.

El PP no se atrevió a hacer preguntas la semana pasada a Puente en la sesión de control del Congreso. Para este miércoles, tampoco le hacen ninguna. No quieren despertar a La Bestia.

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