Una más, y ya van seis: SpaceX probará de nuevo su megacohete Starship este miércoles a partir de las 16 hora local (23 hora española) en una ventana de lanzamiento que se extenderá 30 minutos. A partir de ahí, se espera que la ahora 'joya de la corona' de Elon Musk en la que la compañía está enfocando todos sus esfuerzos enseñe al mundo que puede ser totalmente reutilizable y recuperar sanas y salvas ambas etapas por primera vez. Porque Starship consta de dos elementos: por un lado Super Heavy, la primera etapa con 33 motores Raptor y una altura de 70 metros encargada de dar el impulso inicial; y Starship -mismo nombre que el vehículo en su conjunto-, de 50 metros de altura y otros 6 motores Raptor que dan empuje a esta etapa en el momento que se separa de su compañera, lo que ocurre unos cuatro minutos después del despegue que, como de costumbre, tendrá lugar desde las instalaciones de la compañía cerca de la playa de Boca Chica, en el sur de Texas. «La próxima prueba de vuelo de Starship tiene como objetivo ampliar las capacidades de la nave y del propulsor y acercarse a la posibilidad de reutilizar todo el sistema en línea», explican desde SpaceX en un comunicado en su página web. «Los objetivos incluyen que el propulsor regrese una vez más al sitio de lanzamiento para la captura, reencender un motor Raptor de la nave mientras está en el espacio y probar una serie de experimentos de escudo térmico y cambios de maniobra para el reingreso y descenso de la nave sobre el Océano Índico», indican. Este nuevo test precede a un exitoso quinto vuelo que tuvo lugar el pasado 13 de octubre. En aquella ocasión, la etapa Super Heavy fue capturada por primera vez por unos brazos gigantes de metal, a modo de 'palillos chinos'. La etapa superior Starship continuó su viaje hasta reentrar de forma exitosa en la atmósfera y realizar una maniobra controlada de amerizaje sobre el Océano Índico. «La quinta prueba de vuelo de Starship fue un momento decisivo en el camino hacia un sistema de lanzamiento completamente reutilizable y rápido», afirman desde SpaceX. «El éxito del primer intento de captura demostró la viabilidad del diseño y proporcionó datos valiosos para seguir mejorando el rendimiento del hardware y el software». Si todo va según lo previsto, el cohete propulsor volverá a demostrar que puede aterrizar en la base estelar durante el vuelo 6, que tendrá lugar unos siete minutos después del despegue. De lo contrario, el Super Heavy realizará un amerizaje controlado en el Golfo de México. Mientras tanto, después de separarse del propulsor, Starship volará la misma trayectoria suborbital que hizo en el Vuelo 5. Esta vez, sin embargo, la nave espacial intentará una combustión en el espacio de uno de sus seis motores Raptor, probando sus capacidades de combustión de desorbitación. La Starship también realizará una serie de experimentos con escudos térmicos y cambios en las maniobras para el reingreso (incluido un vuelo en un ángulo más alto durante la fase final del descenso) antes de amerizar en el océano Índico unos 65 minutos después del lanzamiento. La ventana para el vuelo de prueba del martes está programada a propósito para la tarde, lo que permitirá mejores observaciones del reingreso durante la luz del día, según SpaceX. El objetivo final es utilizar esta nave para llevar a los astronautas de la misión Artemis 3 a pisar la Luna de nuevo. Un lanzamiento que ha sido retrasado hasta septiembre de 2026, en parte porque Musk no tiene a punto aún su cohete. Aparte, la intención del magnate es usar su nueva nave para, al menos, tres vuelos espaciales privados, dos de ellos para transportar a los primeros turistas espaciales que orbitarán nuestro satélite. Starship es también el cohete más grande jamás construido: tiene una altura 122 metros y el doble de potencia que el Space Launch System (SLS), el cohete de la NASA que ahora mismo se está utilizando en el programa Artemis, y que ostenta el actual récord. Sin embargo, la intención de SpaceX es ampliarlo en el futuro otros diez metros más. Además, la Luna no será el único destino del megacohete de Musk: la idea es que transporte a la primera generación de astronautas que pisen Marte. «Los aprendizajes de esta y de las pruebas de vuelo posteriores seguirán haciendo que todo el sistema Starship sea más confiable a medida que nos acercamos a la reutilización completa y rápida», finaliza SpaceX, que vuelve a prometer «emoción asegurada» para su nuevo intento.
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