«¿De quién habrá sido este peine?», esta es solo una de las miles de preguntas que se ha hecho el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, tras conocer los descubrimientos de la investigación realizada en la Sima de Jinámar , la fosa común más inaccesible de España y un verdadero 'agujero del horror' para la memoria histórica de Gran Canaria. Esta es la primera intervención arqueológica que se realiza en el interior de la Sima de Jinámar, que ha permitido documentar restos óseos pertenecientes a tres o cuatro varones adultos y evidencias de impactos de bala craneales, además de dos casquillos y objetos personales, tales como una moneda, un peine o restos de suela. La investigación arqueológica se ha desarrollado a 70 metros de profundidad , donde se encuentra el talud en el que se han llevado a cabo dos sondeos y en el que ha sido necesario remover decenas de metros cúbicos de tierra, escombros y otros materiales. Los restos humanos han aparecido en forma de pequeños fragmentos inconexos. El equipo de arqueología del Cabildo de Gran Canaria ha encontrado huesos de tres o cuatro varones adultos con evidencia de impactos de bala en la Sima de Jinámar, así como los casquillos que, con toda probabilidad, los mataron. Esta es una de las «losas de olvido que pesan sobre la memoria democrática de Gran Canaria», ha apuntado el presidente insular, que ha celebrado el trabajo del equipo que se ha «sumergido, literalmente, en las entrañas de la isla», para llegar «a un lugar donde se entrelazan el origen mismo de la tierra que pisamos y el terrible escenario de los acontecimientos más oscuros y cobardes de nuestra historia reciente». Estos hallazgos, en su conjunto, suponen una prueba de valor científico de un contexto de represión tras la sublevación militar franquista en Gran Canaria y del uso de la cavidad volcánica como lugar de ejecución y ocultación de los cadáveres de personas represaliadas . Los hallazgos son material crucial para la posible identificación de las víctimas e incluso su utilización como elementos periciales en procesos judiciales, por lo que la Corporación insular trabajará ahora con las asociaciones familiares y de la memoria para tratar de poner nombre y apellidos a estas personas. Los trabajos fueron iniciados en octubre y finalizarán en noviembre, con nuevos descensos al interior de la Sima, aunque se completarán con el cotejo posterior de toda la documentación. La Sima de Jinámar fue declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Sitio Histórico por su importancia para la memoria colectiva de Gran Canaria y Canarias. «En este enclave, donde yacen el polvo y las piedras de este ayer que no olvidamos», enfatizó, «ha intervenido el Cabildo con actuaciones directas que comenzaron en 2021, con la inspección del fondo de la Sima, en colaboración con el Consorcio de Emergencias de Gran Canaria; que prosiguieron en 2023 con la prospección exterior, y que desembocan en esta primera intervención arqueológica oficial». «Se trata de restos inconexos, removidos por los aportes sedimentarios, la acción del agua y otros agentes naturales, pero que desvelan, por ejemplo, el impacto en la cabeza de las balas mortales», señaló Morales, quien agregó que «hay brillos que hielan, como es el caso de dos casquillos, probablemente pertenecientes a un fusil Mauser usado por los verdugos». «Resulta elocuente que en los rastreos en el exterior de la chimenea volcánica con un detector de metales no se encontraron evidencias de los fusilamientos, una prueba más de la voluntad de ocultar el rastro de los asesinatos», subrayó Morales. Los técnicos, por su parte, explicaron que los fusiles Mauser no eran de uso común, sino que solían pertenecer a las fuerzas militares , y recordaron que ese mismo tipo de vainas de bala se han encontrado en el Pozo de Tenoya y el Llano de Las Brujas, lo que apunta a un patrón común. Además de estos trabajos complejos y pioneros en la Sima de Jinámar, también se trabaja en el Pozo de Tenoya, donde se logró recuperar 14 hombres con claros signos de muerte violenta , siete de los cuales pudieron ser identificados y en el Cementerio de Vegueta, que permitieron recabar importante e inédita información histórica sobre el yugo de la dictadura en la isla, entre otras localizaciones.
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