Omar El-Hilali: «Si España fuese un país racista, mis padres se habrían vuelto a Marruecos»

Omar El-Hilali (Hospitalet de Llobregat, 2003) se ha aposentado en la titularidad de un Espanyol que hoy visita el Bernabéu (21.00 horas/Movistar+). Por su banda caerá Vinicius, un futbolista que lidera una cruzada contra el racismo . Cuarto de cinco hermanos, el hispano-marroquí valora las penurias que tuvieron que vivir sus padres en los años 90 para abandonar Tánger y tratar de darles una vida mejor. Y se lo explica a ABC con un discurso sereno, profundo y bien argumentado. Mentalmente, parece mucho mayor de los 21 años que reflejan su DNI. —¿Cómo es jugar en Primera? —Es un sueño por el que llevo luchando desde pequeño y cuando se hace realidad hay que tomar la costumbre de competir a ese nivel, a esa intensidad y con los mejores. —Consolidado en el primer equipo y siendo canterano… —Es verdad que todos los equipos al final tienen que fichar porque el fútbol es así, pero el Espanyol confía mucho en la gente que viene de abajo y se está viendo que cada vez más los jugadores que venimos de la cantera, que somos unos cuantos, nos estamos afianzando. —Usted empezó a jugar en su barrio ¿Se está perdiendo el fútbol de calle? —Antes se veía mucho más el fútbol de calle que ahora. Ahora es más físico, más táctico y cada vez predomina más eso y se deja de ver el fútbol de improvisación y de regate pero creo que hay jugadores que aún mantienen eso. Sobre todo, jugadores que juegan arriba como pueden ser los extremos, pero sí que es verdad que cada vez se ve menos el fútbol de calle. —Ustedes son cinco hermanos, una familia humilde… ¿Cómo era antes la vida de sus padres? —Complicada. Toda persona que tiene que salir de su país para buscarse una mejor… Si sales de ahí es porque la situación es complicada, no sales porque te esté yendo bien, obviamente. Salieron para buscar una vida mejor para mis hermanos, que en ese momento eran dos, los que nacieron en Marruecos. Y al llegar aquí mis padres se tuvieron que buscar la vida, sin papeles, para poder trabajar y dar una buena vida a mi madre y mis hermanos. Luego nacimos los tres siguientes y a partir de ahí tratamos de ayudarles todos en lo que podíamos y ahora, gracias a Dios, está yendo todo bien y puedo darles todo lo que se merecen. —¿Esto que cuenta le da más valor a lo que está haciendo? —Lo valoro todo. Ellos me ponen los pies en el suelo. Mi madre muchas veces me echa la bronca si llego a casa y dejo los zapatos mal puestos. Si algo no le gusta me lo va a decir. Si alguna vez voy a comprarme alguna cosa, antes se lo tengo que preguntar a ellos. No puedo comprármelo porque a mí me guste. Lo tienen que supervisar todo ellos porque venimos de abajo y y cada detalle lo valoran mucho. Cualquier cosa tiene que pasar por ellos. —¿Puede pasear por el barrio? —A toda la gente del barrio la conozco, me conocen, siempre por las tardes estoy con mi familia, con mi hermano pequeño al que le llevo un año. La escasa diferencia de edad hace que hagamos las mismas cosas. La mayoría de las veces, por la tarde estoy en el gimnasio o tomando café con mis amigos. Siempre voy al mismo bar, ya me conocen. Seas quien seas no tienes que cambiar, debes saber de dónde vienes porque en la vida un día estás arriba y otro estás abajo. —Este sábado el Real Madrid ¿son palabras mayores? —Palabras mayores también es el Espanyol… Nosotros somos un club grande que vamos a ir a competir a ese campo y a intentar sacar los tres puntos. No vamos a ir a empatar o a ver qué pasa. Nuestra mentalidad es ir a ganar y a hacer un partido excelente porque sí que es verdad que para ganar en el Bernabéu tienes que hacer un partido perfecto. Iremos a competir. —Llegan a este partido con dos victorias seguidas… —La primera parte en Valladolid (1-0), en el debut liguero, no estuvimos orgullosos de nosotros mismos, no fuimos nosotros, no nos encontramos y no estuvimos cómodos. Era el primer partido pero eso no es excusa. A partir del partido en casa ante la Real Sociedad (0-1), que no ganamos por un detalle, fuimos hacia arriba. El Atlético de Madrid (0-0) ha sido el punto de inflexión y a partir de ahí el equipo ha ido para arriba. —Usted formará parte de la línea defensiva en el Bernabéu ¿Es un partido para sufrir o para lucirse? —Para ambas cosas. Si tú estás sufriendo todo el partido es muy difícil puntuar y si tú te estás luciendo ante los mejores jugadores del mundo, que seguramente tendrán alguna ocasión… Es un partido para tener equilibrio en el que habrá momentos que habrá que sufrir y otros que habrá que tener personalidad. —Mbappé, Vinicius, Bellingham… —Sinceramente, no le voy a mentir aunque parezca un tópico. No le tenemos miedo a nadie. Nosotros en cada partido que jugamos no nos fijamos en un jugador sino en el equipo en general. Si no te hace daño uno te lo hará otro. Ellos tienen jugadores que son diferentes, top a nivel mundial, de los mejores del mundo. Pero tenemos que fijarnos en el equipo y en nosotros mismos, tener personalidad e ir como si fuera un partido más sabiendo que será muy complicado. —¿Pero alguno le gustará más? —Gustar, me gustan todos. Es muy difícil escoger a uno. Todos son muy buenos. Igual que nosotros, vamos… —¿Rodrigo puede comer en la misma mesa que estos tres? —Rodrygo es top mundial ¿Qué le voy a decir? Pero nosotros nos fijamos en todos y en nosotros mismos. —¿Es ético que un jugador valga 180 millones de euros? —Si lo vale… Lo que vende, lo que ha hecho en el campo y las expectativas que tiene hace que lo valga. Un jugador vale lo que genera. Si no todos valdríamos lo mismo. —Por su banda caerá Vinicius ¿Hay que prepararse de una manera especial? —Hay que prepararse como el rival que es. Es de los mejores del mundo, pero voy con todas las ganas y la ambición de hacer un gran partido. —Vinicius ha iniciado una cruzada contra el racismo en España ¿Hay racismo en España? —Para mí España es un país multicultural y se ve en el día a día. Hay personas y personas. Es imposible hablar de España en general porque entonces estaríamos equivocándonos. Para mí España es un país que acoge muy bien a la gente de fuera y que la gente que viene aquí está supercómoda y muy a gusto. —Pero usted sufrió un episodio racista en Cartagena el año pasado… ¿Cree que es un caso aislado? —Sí. Fue un incidente aislado y se hizo lo que se tuvo que hacer. Es imposible involucrar a todo un club o a toda una ciudad o pueblo. Estaríamos equivocándonos. Esto va de personas. España es un país espectacular y la gente que viene de fuera recibe un trato inmejorable. Por eso la gente viene a España. —¿Su familia, que vino de Tánger, no tuvo ningún problema? —No. Mi familia está muy a gusto aquí. Si España fuese un país racista mis padres no habrían dudado en volver a Marruecos. Si han decidido seguir aquí es porque el trato que han recibido ha sido muy bueno, espectacular. —¿Y qué opina de los que dicen que los inmigrantes reciben demasiadas ayudas? —Eso es gente que no está informada del tema. Es una cuestión muy delicada y profunda. Nadie sabe si la reciben , si no, de quién… Hay que mirarlo muy bien antes de opinar. Si tú recibes algo es porque el Estado o quien te la dé cree que tiene que dártela. No creo que te vayan a dar algo que no te corresponde, sería ilógico y descontrolado. No tiene sentido. —Usted nació en Barcelona, habla catalán, está integrado en España ¿por qué decidió jugar con Marruecos? —La razón principal es porque yo quería jugar con Marruecos, lo sentía así. Y en segundo lugar porque quería que mis padres se sintieran orgullosos. Es el país en el que nacieron y se criaron y quería que ellos también viesen el orgullo de su hijo. Son las dos únicas razones por las que escogí jugar con Marruecos. —Por último, ¿Volverán con los tres puntos? —Para mí sí, no tengo ninguna duda de que iremos al Bernabéu a ganar pero hay que salir a competir. No sé si ganaremos, pero saldremos a intentarlo.

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